Fecha 10 : Arsenal 1 Banfield 0

Arsenal acertó en la última bola ante Banfield y sigue prendido

En un partido muy chato que se encaminaba al 0-0, el equipo de Gustavo Alfaro encontró el gol del triunfo a los 44 minutos del segundo tiempo en la cabeza de Mauro Obolo y permanece como escolta a cinco puntos de Estudiantes

Arsenal-Banfield era el típico cruce entre dos conjuntos en los que el orden yla fortaleza defensiva son la principal característica. Poco parecía pesar la gran ubicación de los de Gustavo Alfaro en este Apertura o la decisión de Julio Falcioni de poner en Sarandí a los titulares que amagaba con guardarse pensando en la Copa Sudamericana. El 0-0 era un hecho, pero a los 44 minutos el Taladro se equivocó. Y el dueño de casa se quedó con un 1-0 y el mote de perseguidor de Estudiantes asegurado.

En el período inicial la visita, con mayor poderío, fue la que tímidamente generó un peligro más serio gracias a las acciones de Walter Erviti y Emilio Zelaya, aunque fueron las dificultades de toparse con la resistencia rival las que se convirtieron en moneda corriente en el Viaducto.

Erviti avisó primero con un disparo desde lejos que se fue afuera, y como contrapartida Luciano Leguizamón exigió a Enrique Bologna. También tuvo una Marcelo Carrusca, pero se topó con Cristian Campestrini.

El complemento mostró a dos conjuntos más adelantados, pero que una y otra vez caían en las aceitadas telarañas tejidas por las respectivas últimas líneas. El resultado fue un desarrollo aún más olvidable, cuyo letargo inevitable sólo pudo romper Zelaya perdiéndose un gol increíble con un disparo alto en las narices de Campestrini.

Todo parecía transitar por lo predecible hasta que faltó un minuto y el ingresado Matías Alustiza se salió de libreto al escapar rápidamente por el flanco izquierdo. El centro a la cabeza de Mauro Obolo fue perfecto, y el ex Vélez anticipó a Marcelo Bustamante para batir a Bologna por el segundo palo.

Después de tanta mezquindad, hubo un ganador en su ley: acertando su chance con una eficacia envidiable. Banfield no podrá quejarse, porque si festejaba, hubiera sido con la misma fórmula. Pero fue Arsenal, con ese cabezazo salvador, el que complió su objetivo de continuar como escolta a cinco puntos e hizo funcionar a la perfección su austera ecuación entre esfuerzo y ganancia.