Disfrutando de lo q realmente vale la pena : mis vicios
Hoy más q nunca
Despúes de ver este blog ,
vos decidiras q ser . Ángel o demonio
domingo, 29 de agosto de 2010
Fecha 4 : Boca 2 Velez 1
Boca sacó a relucir su amor propio y bajó a Vélez
El conjunto xeneize mostró otra actitud, superó 2-1 al Fortín y tomó aire tras un flojísimo arranque en el campeonato. Battaglia (PT 36m) y Viatri (ST 22m) -en posición dudosa- anotaron para el dueño de casa, mientras que Silva (ST 40m) descontó para la visita. Por otra parte, Favale no cobró un clarísimo penal de Fernández a Giménez.
Les tocó el orgullo. “El partido con Vélez será determinante”, avisó Claudio Borghi tras la durísima derrota con All Boys. Luego, el entrenador de Boca se encargó de aclarar que no quiso hablar de renuncia, sino de las posibilidades para pelear en el torneo Apertura. Eso quedó atrás. Y el presente tiene un cielo más despejado o por lo menos sin nubarrones tan oscuros. Fue otro equipo, con una actitud muy diferente. Lejos de brillar, luchó y superó por 2-1 a Vélez, que llegaba con el favoritismo a cuestas y sólo apareció sobre el cierre del partido.
El partido arrancó con un tremendo error de Gabriel Favale, quien no cobró penal: Matías Giménez se metió en el área, le ganó la espalda a Augusto Fernández y este le pegó una tremenda patada en las rodillas. Pese a esto, el local demostró desde el comienzo que quería dar vuelta la historia. Con más ganas que juego, se aproximó al área de enfrente, aunque recién llegó con peligro a los 19: Chávez tiró un centro, el ex Tigre, en su mejor actuación desde que llegó al club, apareció otra vez por el segundo palo y definió suave a las manos de Montoya.
El Fortín tardó en acomodarse en la cancha y recién a partir de los 20 empezó a hacer su juego. Maxi Moralez, inquieto, comenzó a preocupar con su habilidad, aunque no encontró en la misma sintonía a Martínez. Por eso, los centros no tardaron en llegar: primero fue un cabezazo de Zapata que atrapó Lucchetti y luego un frentazo de Silva que también murió en las manos del arquero. Pero lo poco que pudo hacer Vélez se debió al buen trabajo de Boca, que apretó en cada sector, tuvo al Battaglia de antes y otra predisposición para luchar cada pelota.
Y llegó lo mejor del equipo de Borghi: a los 34, Palermo se la bajó a Viatri y este le dio muy cerca del palo desde fuera del área; a los 35, Battaglia probó desde 30 metros y Montoya la sacó de manera espectacular por arriba del travesaño; y a los 36, Insaurralde metió un muy buen cabezazo, el uno de Vélez la descolgó del ángulo izquierdo y Battaglia lo fusiló a centímetros del arco para el 1-0. Premio al sacrificio para un Xeneize sin demasiadas luces en ofensiva, pero firme en todas sus líneas y algo más activo que su rival.
Se tranquilizaron en el inicio del complemento y el encuentro se hizo realmente trabado en el medio. Vélez quiso cambiar la cara, pero sus botines finos -Moralez y Martínez- no estaban en partido. El único que inquietaba, molestaba, corría, atropellaba y se peleaba contra todos era Silva, tozudo como ninguno en la cancha. Pasaba poco y los arcos estaban de adorno. Sin embargo, a los 22, Giménez tiró el centro, Viatri cabeceó mal, un rebote lo benefició y, en posición dudosa, definió con el arco a su disposición. El 2-0 pareció sentenciar las cosas, pero…
Silva probó desde muy lejos a los 33 y provocó el primer susto. Y a los 40, Papa se proyectó por la izquierda y la puso en el punto del penal para Silva, quien le ganó a Caruzzo y la puso contra el palo derecho de Lucchetti, quien nada pudo hacer. Sobre el final, cerca de los 49, Cristaldo ganó por arriba, Viatri la desvió a dos metros del arco y el uno de Boca la atenazó con sus piernas cuando ya había pasado el cuerpo. Casi lo empata Vélez. Casi vuelven los nubarrones. Finalmente, Boca encontró un respiro. La mala: le dio una mano a River.
El conjunto xeneize mostró otra actitud, superó 2-1 al Fortín y tomó aire tras un flojísimo arranque en el campeonato. Battaglia (PT 36m) y Viatri (ST 22m) -en posición dudosa- anotaron para el dueño de casa, mientras que Silva (ST 40m) descontó para la visita. Por otra parte, Favale no cobró un clarísimo penal de Fernández a Giménez.
Les tocó el orgullo. “El partido con Vélez será determinante”, avisó Claudio Borghi tras la durísima derrota con All Boys. Luego, el entrenador de Boca se encargó de aclarar que no quiso hablar de renuncia, sino de las posibilidades para pelear en el torneo Apertura. Eso quedó atrás. Y el presente tiene un cielo más despejado o por lo menos sin nubarrones tan oscuros. Fue otro equipo, con una actitud muy diferente. Lejos de brillar, luchó y superó por 2-1 a Vélez, que llegaba con el favoritismo a cuestas y sólo apareció sobre el cierre del partido.
El partido arrancó con un tremendo error de Gabriel Favale, quien no cobró penal: Matías Giménez se metió en el área, le ganó la espalda a Augusto Fernández y este le pegó una tremenda patada en las rodillas. Pese a esto, el local demostró desde el comienzo que quería dar vuelta la historia. Con más ganas que juego, se aproximó al área de enfrente, aunque recién llegó con peligro a los 19: Chávez tiró un centro, el ex Tigre, en su mejor actuación desde que llegó al club, apareció otra vez por el segundo palo y definió suave a las manos de Montoya.
El Fortín tardó en acomodarse en la cancha y recién a partir de los 20 empezó a hacer su juego. Maxi Moralez, inquieto, comenzó a preocupar con su habilidad, aunque no encontró en la misma sintonía a Martínez. Por eso, los centros no tardaron en llegar: primero fue un cabezazo de Zapata que atrapó Lucchetti y luego un frentazo de Silva que también murió en las manos del arquero. Pero lo poco que pudo hacer Vélez se debió al buen trabajo de Boca, que apretó en cada sector, tuvo al Battaglia de antes y otra predisposición para luchar cada pelota.
Y llegó lo mejor del equipo de Borghi: a los 34, Palermo se la bajó a Viatri y este le dio muy cerca del palo desde fuera del área; a los 35, Battaglia probó desde 30 metros y Montoya la sacó de manera espectacular por arriba del travesaño; y a los 36, Insaurralde metió un muy buen cabezazo, el uno de Vélez la descolgó del ángulo izquierdo y Battaglia lo fusiló a centímetros del arco para el 1-0. Premio al sacrificio para un Xeneize sin demasiadas luces en ofensiva, pero firme en todas sus líneas y algo más activo que su rival.
Se tranquilizaron en el inicio del complemento y el encuentro se hizo realmente trabado en el medio. Vélez quiso cambiar la cara, pero sus botines finos -Moralez y Martínez- no estaban en partido. El único que inquietaba, molestaba, corría, atropellaba y se peleaba contra todos era Silva, tozudo como ninguno en la cancha. Pasaba poco y los arcos estaban de adorno. Sin embargo, a los 22, Giménez tiró el centro, Viatri cabeceó mal, un rebote lo benefició y, en posición dudosa, definió con el arco a su disposición. El 2-0 pareció sentenciar las cosas, pero…
Silva probó desde muy lejos a los 33 y provocó el primer susto. Y a los 40, Papa se proyectó por la izquierda y la puso en el punto del penal para Silva, quien le ganó a Caruzzo y la puso contra el palo derecho de Lucchetti, quien nada pudo hacer. Sobre el final, cerca de los 49, Cristaldo ganó por arriba, Viatri la desvió a dos metros del arco y el uno de Boca la atenazó con sus piernas cuando ya había pasado el cuerpo. Casi lo empata Vélez. Casi vuelven los nubarrones. Finalmente, Boca encontró un respiro. La mala: le dio una mano a River.
Fecha 4 : Argentinos 0 River 0
River cortó su racha triunfal, pero es el único líder
El Millonario buscó la victoria con más ganas que ideas e igualó 0-0 ante Argentinos, en La Paternal. En un duelo muy reñido, los dirigidos por Cappa mejoraron en el complemento pero no pudieron marcar ni siquiera con el debut de Pavone. En tanto, el local sumó su quinto partido sin ganar.
River cosechó un empate sin goles ante Argentinos en el estadio Diego Maradona, en uno de los duelos válidos por la cuarta fecha del Apertura, y no pudo prolongar la racha de tres victorias consecutivas. El Millonario, que quedó como único líder, debió transpirar demasiado ante un batallador rival que lo complicó con un juego ordenado y el reparto de puntos fue justo.
Cappa había dicho el viernes que la cancha del Bicho no es una caja de fósforos, pero la realidad le jugó una mala pasada. Su equipo, que llegaba entonado gracias a su elogiable contundencia, sufrió las dimensiones reducidas del campo y se quemó como madera con la sobria presión ejercida por su rival. Con un notable trabajo de Juan Mercier, Argentinos cortó las vías de ataque del Millonario y hasta se animó a lastimarlo con los movedizos Andrés Romero y Nicolás Blandi.
La primera emoción llegó a los tres minutos, mediante un remate cruzado de Ariel Ortega. Pero esa imagen de River fue un mero espejismo que desapareció a medida que pasaron los minutos. El Bicho logró controlar las bandas con Mauro Bogado y Sergio Escudero y envolvió de nervios a los de Núñez, siempre respaldados por Juan Pablo Carrizo. Después de sufrir, River empezó a ver el sol poco antes del entretiempo y llegó al arco de Nicolás Navarro con más empuje que ideas.
Tras el descanso, River dejó en claro que sólo se conformaba con los tres puntos. Ortega comenzó a escaparse con mayor frecuencia de la pegajosa marca de Mercier y sumó como socio a Manuel Lanzini, que entró por Facundo Affranchino. A su vez, Cappa hizo debutar a Mariano Pavone y sacó al irresoluto Diego Buonanotte. Con una buena actitud pero sin claridad, el Millonario empezó a inclinar la cancha y soñó con el triunfo.
Por su parte, Argentinos nunca se rindió y también contó con un puñado de oportunidades para abrir el marcador. A los 26, Mauro Bogado envió un centro desde la derecha que Blandi conectó de cabeza, apenas desviado. El tren de la victoria pasó por La Paternal y el anfitrión no se subió a tiempo. Luego, el convoy se dirigió hacia Núñez, pero River tampoco pudo treparse debido a su falta de definición y a la gran tarde de Navarro.
En el cuarto examen de su exigente temporada, River cortó su racha de victorias porque perdió ese oportunismo que le había permitido ganar sin deleitar. Esta vez, la contundencia no apareció y su ausencia se sintió demasiado, pero alcanzó para mantenerse en la cima. En tanto, el campeón todavía lamenta sus bajas y no puede sumar de a tres pese a su esfuerzo.
El Millonario buscó la victoria con más ganas que ideas e igualó 0-0 ante Argentinos, en La Paternal. En un duelo muy reñido, los dirigidos por Cappa mejoraron en el complemento pero no pudieron marcar ni siquiera con el debut de Pavone. En tanto, el local sumó su quinto partido sin ganar.
River cosechó un empate sin goles ante Argentinos en el estadio Diego Maradona, en uno de los duelos válidos por la cuarta fecha del Apertura, y no pudo prolongar la racha de tres victorias consecutivas. El Millonario, que quedó como único líder, debió transpirar demasiado ante un batallador rival que lo complicó con un juego ordenado y el reparto de puntos fue justo.
Cappa había dicho el viernes que la cancha del Bicho no es una caja de fósforos, pero la realidad le jugó una mala pasada. Su equipo, que llegaba entonado gracias a su elogiable contundencia, sufrió las dimensiones reducidas del campo y se quemó como madera con la sobria presión ejercida por su rival. Con un notable trabajo de Juan Mercier, Argentinos cortó las vías de ataque del Millonario y hasta se animó a lastimarlo con los movedizos Andrés Romero y Nicolás Blandi.
La primera emoción llegó a los tres minutos, mediante un remate cruzado de Ariel Ortega. Pero esa imagen de River fue un mero espejismo que desapareció a medida que pasaron los minutos. El Bicho logró controlar las bandas con Mauro Bogado y Sergio Escudero y envolvió de nervios a los de Núñez, siempre respaldados por Juan Pablo Carrizo. Después de sufrir, River empezó a ver el sol poco antes del entretiempo y llegó al arco de Nicolás Navarro con más empuje que ideas.
Tras el descanso, River dejó en claro que sólo se conformaba con los tres puntos. Ortega comenzó a escaparse con mayor frecuencia de la pegajosa marca de Mercier y sumó como socio a Manuel Lanzini, que entró por Facundo Affranchino. A su vez, Cappa hizo debutar a Mariano Pavone y sacó al irresoluto Diego Buonanotte. Con una buena actitud pero sin claridad, el Millonario empezó a inclinar la cancha y soñó con el triunfo.
Por su parte, Argentinos nunca se rindió y también contó con un puñado de oportunidades para abrir el marcador. A los 26, Mauro Bogado envió un centro desde la derecha que Blandi conectó de cabeza, apenas desviado. El tren de la victoria pasó por La Paternal y el anfitrión no se subió a tiempo. Luego, el convoy se dirigió hacia Núñez, pero River tampoco pudo treparse debido a su falta de definición y a la gran tarde de Navarro.
En el cuarto examen de su exigente temporada, River cortó su racha de victorias porque perdió ese oportunismo que le había permitido ganar sin deleitar. Esta vez, la contundencia no apareció y su ausencia se sintió demasiado, pero alcanzó para mantenerse en la cima. En tanto, el campeón todavía lamenta sus bajas y no puede sumar de a tres pese a su esfuerzo.
Fecha 4 : Independiente 1 Arsenal 2
Arsenal también se aprovechó de un pálido Independiente
En Avellaneda, los conducidos por Alfaro ganaron 2-1 y sumaron la tercera victoria al hilo. Sena y Choy González marcaron los goles de los del Viaducto, mientras que Galeano descontó en el final. Silbidos para el equipo e insultos para los dirigentes del Rojo.
En la continuidad de la cuarta jornada del campeonato Apertura, Arsenal se aprovechó de los problemas de Independiente y se quedó con un importante triunfo por 2-1. El equipo de Sarandí acumula tres victorias consecutivas, mientras que los de Avellaneda solamente suman un punto en el certamen. Fue decididamente malo el primer tiempo. Y si no fue muy malo fue porque Arsenal intentó, al menos intentó, llegar hasta el área rival con alguna idea. La visita tuvo un par de oportunidades claras para convertir y, de no ser por Gabbarini, otra vez de lo mejor del Rojo, se hubiera ido al descanso en ventaja. Para definir lo que hizo Independiente en la etapa inicial, basta con decir que fue Tuzzio el jugador que tuvo la mayor parte del tiempo la pelota en sus pies. El chico Nicolás Martínez pasó inadvertido, Silvera y Pacheco participaron muy poco del juego y tanto Cabrera como Mancuello se dedicaron a terminar cada ataque en un pelotazo a los centrales. Arsenal atacó principalmente por la derecha (jugó Velázquez y no Mareque) y, a los nueve minutos, tuvo la primera chance para abrir el marcador: se escapó Leguizamón, lo buscó a Obolo y entre Tuzzio y Gabbarini salvaron al local. A los 15m, el arquero evitó el gol de Mosca (Sena la empujó en la línea pero estaba adelantado) y, a los 42m, otra vez respondió de gran manera ante un zurdazo de Obolo.
Maxi Velázquez exigió por primera vez a Campestrini con un remate desde lejos y parecía que Independiente empezaba a despertar en el arranque del complemento. Sin embargo, rápidamente, Arsenal contestó y estuvo dos veces cerca del gol: Galeano mandó al córner en la línea un remate de Leguizamón y, luego del tiro de esquina, fue Lisandro López quien lo tuvo con un cabezazo que justo fue a donde estaba Gabbarini. “El movete, Rojo, movete…” empezó a sonar con fuerza en Avellaneda y la gente pedía el ingreso de Mareque para modificar el desarrollo. Independiente no lograba despertarse y, finalmente, Arsenal dejó de insinuar y concretó: a los 15m, la armó toda Leguizamón por la izquierda, tiró el centro y por el segundo palo metió la cabeza Sena. Sin ideas, Independiente fue como pretendía Arsenal que fuera: a los centros. Y, antes de que creara al menos una chance clara para igualarlo, los de Alfaro metieron en el segundo: a los 33m, Choy González recibió el lateral cerca del banderín del córner, Mareque lo marcó tímidamente, Galeano lo dejó dar vuelta y la clavó bien arriba. Golazo. Con el resultado adverso, los simpatizantes de Independiente empezaron a acordarse de la madre de Comparada (presidente de la institución), de la de Menotti (manager) y, como en las últimas malas presentaciones, volvieron a gritar por la vuelta de Gallego. Galeano descontó en el final y, en la última, casi lo empató Parra. No hubiera sido justo. Arsenal se quedó con su tercera victoria consecutiva y, como yapa, igualó el historial con su vecino.
En Avellaneda, los conducidos por Alfaro ganaron 2-1 y sumaron la tercera victoria al hilo. Sena y Choy González marcaron los goles de los del Viaducto, mientras que Galeano descontó en el final. Silbidos para el equipo e insultos para los dirigentes del Rojo.
En la continuidad de la cuarta jornada del campeonato Apertura, Arsenal se aprovechó de los problemas de Independiente y se quedó con un importante triunfo por 2-1. El equipo de Sarandí acumula tres victorias consecutivas, mientras que los de Avellaneda solamente suman un punto en el certamen. Fue decididamente malo el primer tiempo. Y si no fue muy malo fue porque Arsenal intentó, al menos intentó, llegar hasta el área rival con alguna idea. La visita tuvo un par de oportunidades claras para convertir y, de no ser por Gabbarini, otra vez de lo mejor del Rojo, se hubiera ido al descanso en ventaja. Para definir lo que hizo Independiente en la etapa inicial, basta con decir que fue Tuzzio el jugador que tuvo la mayor parte del tiempo la pelota en sus pies. El chico Nicolás Martínez pasó inadvertido, Silvera y Pacheco participaron muy poco del juego y tanto Cabrera como Mancuello se dedicaron a terminar cada ataque en un pelotazo a los centrales. Arsenal atacó principalmente por la derecha (jugó Velázquez y no Mareque) y, a los nueve minutos, tuvo la primera chance para abrir el marcador: se escapó Leguizamón, lo buscó a Obolo y entre Tuzzio y Gabbarini salvaron al local. A los 15m, el arquero evitó el gol de Mosca (Sena la empujó en la línea pero estaba adelantado) y, a los 42m, otra vez respondió de gran manera ante un zurdazo de Obolo.
Maxi Velázquez exigió por primera vez a Campestrini con un remate desde lejos y parecía que Independiente empezaba a despertar en el arranque del complemento. Sin embargo, rápidamente, Arsenal contestó y estuvo dos veces cerca del gol: Galeano mandó al córner en la línea un remate de Leguizamón y, luego del tiro de esquina, fue Lisandro López quien lo tuvo con un cabezazo que justo fue a donde estaba Gabbarini. “El movete, Rojo, movete…” empezó a sonar con fuerza en Avellaneda y la gente pedía el ingreso de Mareque para modificar el desarrollo. Independiente no lograba despertarse y, finalmente, Arsenal dejó de insinuar y concretó: a los 15m, la armó toda Leguizamón por la izquierda, tiró el centro y por el segundo palo metió la cabeza Sena. Sin ideas, Independiente fue como pretendía Arsenal que fuera: a los centros. Y, antes de que creara al menos una chance clara para igualarlo, los de Alfaro metieron en el segundo: a los 33m, Choy González recibió el lateral cerca del banderín del córner, Mareque lo marcó tímidamente, Galeano lo dejó dar vuelta y la clavó bien arriba. Golazo. Con el resultado adverso, los simpatizantes de Independiente empezaron a acordarse de la madre de Comparada (presidente de la institución), de la de Menotti (manager) y, como en las últimas malas presentaciones, volvieron a gritar por la vuelta de Gallego. Galeano descontó en el final y, en la última, casi lo empató Parra. No hubiera sido justo. Arsenal se quedó con su tercera victoria consecutiva y, como yapa, igualó el historial con su vecino.
Fecha 4 : Tigre 3 Quilmes 0
Tigre salió de su racha negra con una goleada ante Quilmes
El Matador superó como local al Cervecero por 3-0, con tantos de Echeverría (PT 9m), Morales (ST 34m) y Stracqualursi (ST 35m). El equipo que dirige Caruso Lombardi se recuperó de las tres derrotas que había registrado y le dejó la preocupación a los de Tocalli, que continúan sin ganar.
Tigre goleó como local a Quilmes por 3-0, en un partido correspondiente a la cuarta fecha del Torneo Apertura. El Matador fue superior al Cervecero y golpeó de entrada, cuando mostró la mayor superioridad, para luego sentenciar la historia en los últimos instantes.
En el arranque del encuentro, el equipo dirigido por Ricardo Caruso Lombardi fue una verdadera tromba y desnudó los problemas de su rival en defensa. En aquellos momentos iniciales, la gran figura de los de Hugo Tocalli fue nuevamente Emanuel Trípodi.
La primera fue un remate de Martín Galmarini que el arquero sacó al corner y de ese envío otra vez salvó el guardameta ante un cabezazo de Román Martínez. El mediocampista se encontró luego con otro rechazo del número uno, tras detenerle un frentazo a Denis Stracqualursi.
El ex atacante de Gimnasia contó con una nueva oportunidad, en la que apareció sin marcas por el centro del área y su tastazo salió apenas desviado. En las alturas, donde Tigre encontró muchas ventajas, también ganó Leonel Altobelli y la pelota se estrelló en el travesaño.
La fortaleza de Quilmes amenazaba con caerse de un momento a otro y finalmente sucedió a los nueve minutos. La jugada nació de un tiro de esquina desde la derecha, Claudio Pérez la peinó y Mariano Echeverría metió un remate certero que infló la red.
La ventaja le dio tranquilidad al Matador, que sacó el pie del acelerador aunque nunca perdió las riendas del juego. Lo del Cervecero fue muy pobre, con Bernardo Romeo demasiado solo en ataque, y únicamente inquietó con un disparo desde lejos de Santiago Hirsig que se fue afuera.
En el complemento las cosas amenazaron con cambiar por la reacción que mostró la visita con el correr de los minutos. Sin demasiada claridad, pero con muchas ganas y el ingreso de Diego Torres para reforzar la delantera, Quilmes pudo haber igualado el marcador.
Sin embargo, el dueño de casa aguantó como pudo y aprovechó los espacios que se rival dejó en el fondo para liquidar la historia. A los 34, el ingresado Diego Morales encaró con pelota dominada de izquierda a derecha y definió con precisión al primer palo.
Un minuto más tarde, y cuando el Cervecero ya estaba desconcertado y perdido en la cancha, llegó la conquista de Stracqualursi que decretó la goleada. El atacante remató desde la derecha y Trípodi, más allá de su buena tarea, fue responsable de esta nueva caída. Con la victoria, Tigre sumó sus primeros puntos en lo que va del campeonato -había caído en todas sus presentaciones- y ahora respira con un poco más de tranquilidad. La preocupación es de Quilmes, que sigue sin ganar y lejos de encontrar un nivel que lo llene de esperanzas.
El Matador superó como local al Cervecero por 3-0, con tantos de Echeverría (PT 9m), Morales (ST 34m) y Stracqualursi (ST 35m). El equipo que dirige Caruso Lombardi se recuperó de las tres derrotas que había registrado y le dejó la preocupación a los de Tocalli, que continúan sin ganar.
Tigre goleó como local a Quilmes por 3-0, en un partido correspondiente a la cuarta fecha del Torneo Apertura. El Matador fue superior al Cervecero y golpeó de entrada, cuando mostró la mayor superioridad, para luego sentenciar la historia en los últimos instantes.
En el arranque del encuentro, el equipo dirigido por Ricardo Caruso Lombardi fue una verdadera tromba y desnudó los problemas de su rival en defensa. En aquellos momentos iniciales, la gran figura de los de Hugo Tocalli fue nuevamente Emanuel Trípodi.
La primera fue un remate de Martín Galmarini que el arquero sacó al corner y de ese envío otra vez salvó el guardameta ante un cabezazo de Román Martínez. El mediocampista se encontró luego con otro rechazo del número uno, tras detenerle un frentazo a Denis Stracqualursi.
El ex atacante de Gimnasia contó con una nueva oportunidad, en la que apareció sin marcas por el centro del área y su tastazo salió apenas desviado. En las alturas, donde Tigre encontró muchas ventajas, también ganó Leonel Altobelli y la pelota se estrelló en el travesaño.
La fortaleza de Quilmes amenazaba con caerse de un momento a otro y finalmente sucedió a los nueve minutos. La jugada nació de un tiro de esquina desde la derecha, Claudio Pérez la peinó y Mariano Echeverría metió un remate certero que infló la red.
La ventaja le dio tranquilidad al Matador, que sacó el pie del acelerador aunque nunca perdió las riendas del juego. Lo del Cervecero fue muy pobre, con Bernardo Romeo demasiado solo en ataque, y únicamente inquietó con un disparo desde lejos de Santiago Hirsig que se fue afuera.
En el complemento las cosas amenazaron con cambiar por la reacción que mostró la visita con el correr de los minutos. Sin demasiada claridad, pero con muchas ganas y el ingreso de Diego Torres para reforzar la delantera, Quilmes pudo haber igualado el marcador.
Sin embargo, el dueño de casa aguantó como pudo y aprovechó los espacios que se rival dejó en el fondo para liquidar la historia. A los 34, el ingresado Diego Morales encaró con pelota dominada de izquierda a derecha y definió con precisión al primer palo.
Un minuto más tarde, y cuando el Cervecero ya estaba desconcertado y perdido en la cancha, llegó la conquista de Stracqualursi que decretó la goleada. El atacante remató desde la derecha y Trípodi, más allá de su buena tarea, fue responsable de esta nueva caída. Con la victoria, Tigre sumó sus primeros puntos en lo que va del campeonato -había caído en todas sus presentaciones- y ahora respira con un poco más de tranquilidad. La preocupación es de Quilmes, que sigue sin ganar y lejos de encontrar un nivel que lo llene de esperanzas.
Fecha 4 : Huracán 1 Newell´s 1
Huracán y Newell’s repartieron puntos en Parque Patricios
El Globo y la Lepra igualaron 1-1 en el parejo duelo que estrenó la cuarta fecha. Zárate (PT 18m) abrió el marcador para el local, pero Sperduti (ST 4m) estampó el empate. En tanto, Monzón le atajó un penal a Schiavi. Los de Rivoira cortaron una racha de dos derrotas, aunque no pudieron evitar los silbidos.
Huracán y Newell’s empataron 1-1 en el estadio Tomás Adolfo Ducó, en el encuentro que abrió la cuarta fecha del Torneo Apertura 2010. En el marco de un duelo equilibrado y emotivo, el Globo exhibió leves mejorías en su juego y cortó una racha de dos derrotas, pero se fue envuelto en silbidos. En tanto, el elenco rosarino cosechó su segunda igualdad en el certamen y suma cinco unidades, una más que su rival.
Quizás forzado por su deuda de juego y puntos, el Globo fue el que asumió la iniciativa desde el pitazo inicial de Luis Alvarez. La fórmula para generar buen fútbol la aportaron el cerebral Angel Morales y el dinámico Mariano Martínez. A su vez, la propuesta agresiva también implicó correr riesgos en defensa y la Lepra tuvo la oportunidad de abrir el marcador tras un penal de Gastón Machín a Mauro Formica, a los 13 minutos. Pero Rolando Schiavi no pudo con Gastón Monzón, que se tiró hacia su izquierda y tapó el remate (hubiera sido acertado volver a patear por la invasión grosera de Ezequiel Filippetto).
La actitud de Huracán no se alteró tras ese tirón de orejas. Los dirigidos por Héctor Rivoira intentaron llegar al arco rival de manera asociada y encontraron su premio a los 19. Martínez le dio un gran pase al veloz César Montiglio, quien se escapó solo por derecha y asistió a Rolando Zárate. El ex Vélez no perdonó a Sebastián Peratta y marcó su primer tanto con la camiseta del Globo. Como respuesta al gol, la Lepra exigió a Monzón con un remate de Iván Borghello y un cabezazo de Luis Rodríguez. Entre la ambición del local y el picante contragolpe de los rosarinos, el partido tomó vuelo y se tornó atractivo.
Los 15 minutos de entretiempo reglamentarios se cumplieron en el estreno de la nueva medida de la AFA, que anunció que a partir de esta fecha el técnico del equipo que se demore será expulsado. Y el que volvió más entonado fue Newell’s, que se reencontró con la velocidad de Mauricio Sperduti y aprovechó los errores defensivos de su rival. A los 4, el carrilero derecho anotó el empate luego de capturar un rebote desafortunado de Filippetto. Enseguida, el mismo jugador se relamió con el segundo, pero su disparo cruzado se fue apenas afuera.
Con sus limitaciones a cuestas, Huracán se animó a ir por más y generó peligro con un cabezazo de Filippetto y un remate de Marcos Brítez Ojeda. Hasta que el cuerpo de Matute Morales dijo basta y debió ser reemplazado. Como consecuencia, el Globo perdió a su creador y sus avances se tornaron más ordinarios. Newell’s, con los chispazos de Formica y un mayor resto físico, acorraló al dueño de casa en el final y exigió el triunfo, pero le faltó contundencia. El 1-1 definitivo dispuso un acertado reparto de puntos en Parque Patricios.
El Globo y la Lepra igualaron 1-1 en el parejo duelo que estrenó la cuarta fecha. Zárate (PT 18m) abrió el marcador para el local, pero Sperduti (ST 4m) estampó el empate. En tanto, Monzón le atajó un penal a Schiavi. Los de Rivoira cortaron una racha de dos derrotas, aunque no pudieron evitar los silbidos.
Huracán y Newell’s empataron 1-1 en el estadio Tomás Adolfo Ducó, en el encuentro que abrió la cuarta fecha del Torneo Apertura 2010. En el marco de un duelo equilibrado y emotivo, el Globo exhibió leves mejorías en su juego y cortó una racha de dos derrotas, pero se fue envuelto en silbidos. En tanto, el elenco rosarino cosechó su segunda igualdad en el certamen y suma cinco unidades, una más que su rival.
Quizás forzado por su deuda de juego y puntos, el Globo fue el que asumió la iniciativa desde el pitazo inicial de Luis Alvarez. La fórmula para generar buen fútbol la aportaron el cerebral Angel Morales y el dinámico Mariano Martínez. A su vez, la propuesta agresiva también implicó correr riesgos en defensa y la Lepra tuvo la oportunidad de abrir el marcador tras un penal de Gastón Machín a Mauro Formica, a los 13 minutos. Pero Rolando Schiavi no pudo con Gastón Monzón, que se tiró hacia su izquierda y tapó el remate (hubiera sido acertado volver a patear por la invasión grosera de Ezequiel Filippetto).
La actitud de Huracán no se alteró tras ese tirón de orejas. Los dirigidos por Héctor Rivoira intentaron llegar al arco rival de manera asociada y encontraron su premio a los 19. Martínez le dio un gran pase al veloz César Montiglio, quien se escapó solo por derecha y asistió a Rolando Zárate. El ex Vélez no perdonó a Sebastián Peratta y marcó su primer tanto con la camiseta del Globo. Como respuesta al gol, la Lepra exigió a Monzón con un remate de Iván Borghello y un cabezazo de Luis Rodríguez. Entre la ambición del local y el picante contragolpe de los rosarinos, el partido tomó vuelo y se tornó atractivo.
Los 15 minutos de entretiempo reglamentarios se cumplieron en el estreno de la nueva medida de la AFA, que anunció que a partir de esta fecha el técnico del equipo que se demore será expulsado. Y el que volvió más entonado fue Newell’s, que se reencontró con la velocidad de Mauricio Sperduti y aprovechó los errores defensivos de su rival. A los 4, el carrilero derecho anotó el empate luego de capturar un rebote desafortunado de Filippetto. Enseguida, el mismo jugador se relamió con el segundo, pero su disparo cruzado se fue apenas afuera.
Con sus limitaciones a cuestas, Huracán se animó a ir por más y generó peligro con un cabezazo de Filippetto y un remate de Marcos Brítez Ojeda. Hasta que el cuerpo de Matute Morales dijo basta y debió ser reemplazado. Como consecuencia, el Globo perdió a su creador y sus avances se tornaron más ordinarios. Newell’s, con los chispazos de Formica y un mayor resto físico, acorraló al dueño de casa en el final y exigió el triunfo, pero le faltó contundencia. El 1-1 definitivo dispuso un acertado reparto de puntos en Parque Patricios.
Fecha 4 : Colón 1 Godoy Cruz 3
Godoy Cruz se lo dio vuelta a Colón y celebró en Santa Fe
El Tomba se impuso por 3-1 sobre el Sabalero, que volvió a perder en el Cementerio, y quedó a un punto de la cima. Díaz (PT 30m) abrió la cuenta para el local, pero luego llegaron las rojas a Ledesma y Bellone. El equipo de Asad remontó con tantos de Castillo (ST 23m), Ramírez (ST 26m) y Salinas (31m). Curbelo también fue expulsado en el visitante.
Godoy Cruz venció por 3-1 a Colón de Santa Fe en el Cementerio de los Elefantes, en un duelo válido por la cuarta fecha del Apertura, y se ubica como escolta de Vélez y River, con un punto menos y un partido más. El Tomba aprovechó las oportunidades que concedió el Sabalero, que terminó con nueve futbolistas, y confirmó que tiene potencial para repetir la actuación del último Clausura. Toda la incertidumbre es del Sabalero, que apenas posee dos unidades y sufrió su segunda caída al hilo como local.
Ambos equipos apelaron a un esquema idéntico (3-4-1-2) y compartieron carencias de todo tipo durante el arranque del encuentro. El Sabalero intentó lastimar con el tridente compuesto por Federico Higuaín, Damián Díaz y Esteban Fuertes, pero no tuvo precisión ni profundidad. Por su parte, el visitante se apoyó en el talento de David Ramírez, quien penó por la falta de socios.
El partido recién se destrabó a partir de los 25 minutos, cuando Colón empezó a entender cómo aprovechar los espacios que dejaba su audaz rival. El primer aviso rojinegro llegó a los 27, cuando Nelson Ibáñez se lució al taparle un mano a mano a Higuaín, en el final de un contragolpe liderado por Díaz. Los mendocinos no corrigieron su error y lo pagaron caro a los 30: el Kitu Díaz volvió a conectarse con el Pipita y no dudó a la hora de definir otra peligrosa réplica.
El equipo santafesino pudo haber ampliado su ventaja antes del entretiempo, pero Ibáñez lo evitó con un par de atajadas notables. La tranquilidad local terminó a los 38 por culpa de la correcta expulsión de Cristian Ledesma por doble amarilla (dos infracciones sobre Carlos Sánchez). Con la conducción de Ramírez, Godoy Cruz fue a la carga en búsqueda del empate aunque todos los intentos terminaron desviados o en los guantes de Diego Pozo.
Los protagonistas respetaron los 15 minutos de entretiempo y los técnicos eludieron esa expulsión que tanto lamentó Luis Zubeldía en el clásico sureño. Y poco después del pitazo de Juan Pablo Pompei, el juvenil Mauro Bellone vio la segunda amarilla por una infracción sobre Nicolás Olmedo y dejó a Colón con nueve. Como consecuencia, cada técnico decidió aplicar cambios muy diferentes. Mohamed reemplazó a Higuaín con Moreno y Fabianesi, mientras que Asad apostó por Jairo Castillo en lugar de Diego Villar.
Era cuestión de esperar hasta cuándo iba a resistir Colón la ventaja, debido al importante desgaste físico que tuvo que efectuar. Aun con ideas confusas, Godoy Cruz merodeó el área de Pozo y empezó a soñar con el empate. La expulsión de Jorge Curbelo, luego de una falta sobre Juan Quiroga, le dio algo más de aire al anfitrión. Pero el aguante se quebró definitivamente a los 23, después de que Jairo Castillo marcó de cabeza tras un centro de Sánchez. Y tres minutos más tarde, Ramírez aprovechó un rebote y fusiló al arquero para poner el 2-1.
El Tomba no se conformó y le dio un nuevo golpe a su rival a los 31, con un preciso zurdazo de Rodrigo Salinas desde fuera del área. Como un boxeador sentido que sólo atina a dar manotazos de ahogado, Colón intentó con el ingreso de Joaquín Larrivey. En el vertiginoso epílogo, hubo olor a descuento y también a goleada. El 3-1 definitivo dejó dos conclusiones: Colón se consume en la impotencia y todavía no despega, mientras que Godoy Cruz alimenta constantemente el sueño de llegar a la Copa Libertadores.
El Tomba se impuso por 3-1 sobre el Sabalero, que volvió a perder en el Cementerio, y quedó a un punto de la cima. Díaz (PT 30m) abrió la cuenta para el local, pero luego llegaron las rojas a Ledesma y Bellone. El equipo de Asad remontó con tantos de Castillo (ST 23m), Ramírez (ST 26m) y Salinas (31m). Curbelo también fue expulsado en el visitante.
Godoy Cruz venció por 3-1 a Colón de Santa Fe en el Cementerio de los Elefantes, en un duelo válido por la cuarta fecha del Apertura, y se ubica como escolta de Vélez y River, con un punto menos y un partido más. El Tomba aprovechó las oportunidades que concedió el Sabalero, que terminó con nueve futbolistas, y confirmó que tiene potencial para repetir la actuación del último Clausura. Toda la incertidumbre es del Sabalero, que apenas posee dos unidades y sufrió su segunda caída al hilo como local.
Ambos equipos apelaron a un esquema idéntico (3-4-1-2) y compartieron carencias de todo tipo durante el arranque del encuentro. El Sabalero intentó lastimar con el tridente compuesto por Federico Higuaín, Damián Díaz y Esteban Fuertes, pero no tuvo precisión ni profundidad. Por su parte, el visitante se apoyó en el talento de David Ramírez, quien penó por la falta de socios.
El partido recién se destrabó a partir de los 25 minutos, cuando Colón empezó a entender cómo aprovechar los espacios que dejaba su audaz rival. El primer aviso rojinegro llegó a los 27, cuando Nelson Ibáñez se lució al taparle un mano a mano a Higuaín, en el final de un contragolpe liderado por Díaz. Los mendocinos no corrigieron su error y lo pagaron caro a los 30: el Kitu Díaz volvió a conectarse con el Pipita y no dudó a la hora de definir otra peligrosa réplica.
El equipo santafesino pudo haber ampliado su ventaja antes del entretiempo, pero Ibáñez lo evitó con un par de atajadas notables. La tranquilidad local terminó a los 38 por culpa de la correcta expulsión de Cristian Ledesma por doble amarilla (dos infracciones sobre Carlos Sánchez). Con la conducción de Ramírez, Godoy Cruz fue a la carga en búsqueda del empate aunque todos los intentos terminaron desviados o en los guantes de Diego Pozo.
Los protagonistas respetaron los 15 minutos de entretiempo y los técnicos eludieron esa expulsión que tanto lamentó Luis Zubeldía en el clásico sureño. Y poco después del pitazo de Juan Pablo Pompei, el juvenil Mauro Bellone vio la segunda amarilla por una infracción sobre Nicolás Olmedo y dejó a Colón con nueve. Como consecuencia, cada técnico decidió aplicar cambios muy diferentes. Mohamed reemplazó a Higuaín con Moreno y Fabianesi, mientras que Asad apostó por Jairo Castillo en lugar de Diego Villar.
Era cuestión de esperar hasta cuándo iba a resistir Colón la ventaja, debido al importante desgaste físico que tuvo que efectuar. Aun con ideas confusas, Godoy Cruz merodeó el área de Pozo y empezó a soñar con el empate. La expulsión de Jorge Curbelo, luego de una falta sobre Juan Quiroga, le dio algo más de aire al anfitrión. Pero el aguante se quebró definitivamente a los 23, después de que Jairo Castillo marcó de cabeza tras un centro de Sánchez. Y tres minutos más tarde, Ramírez aprovechó un rebote y fusiló al arquero para poner el 2-1.
El Tomba no se conformó y le dio un nuevo golpe a su rival a los 31, con un preciso zurdazo de Rodrigo Salinas desde fuera del área. Como un boxeador sentido que sólo atina a dar manotazos de ahogado, Colón intentó con el ingreso de Joaquín Larrivey. En el vertiginoso epílogo, hubo olor a descuento y también a goleada. El 3-1 definitivo dejó dos conclusiones: Colón se consume en la impotencia y todavía no despega, mientras que Godoy Cruz alimenta constantemente el sueño de llegar a la Copa Libertadores.
Fecha 4 : Lanús 0 Banfield 0
Lanús mereció más que Banfield en el tramo final
El Granate contó con las chances más claras en el clásico del Sur del Gran Buenos Aires, que terminó igualado en cero y tuvo como figura a Bologna. El árbitro Pezzotta expulsó a Zubeldía porque su equipo salió un minuto y medio más tarde a disputar el segundo tiempo.
Si tenía que haber un ganador en el clásico del Sur del Gran Buenos Aires, era Lanús. En un encuentro de bajo vuelo, sobre todo en la etapa inicial, el combinado de Zubeldía hizo mejor las cosas y le ocasionó problemas a un Banfield que se caracteriza por su solidez defensiva. Fue 0-0 porque Bologna respondió muy bien cada vez que lo exigieron.
Lanús y Banfield protagonizaron un primer tiempo para el olvido, con un ritmo lento en el traslado de pelota, mucha fricción en la mitad de la cancha y poco juego. Como en muchos clásicos de la Argentina, los equipos priorizaron el despliegue físico, la entrega y la lucha por encima del fútbol.
El Granate y el Taladro abusaron del pelotazo y carecieron de claridad para generar situaciones de peligro, por lo que los arqueros casi que no participaron del encuentro. La primera etapa no podía finalizar con otro resultado que no sea el 0-0. El pitazo de Pezzotta trajo algo de alivio.
Lo primero para destacar en el clásico ocurrió en el entretiempo. Pezzotta hizo uso de la nueva regla que fijó la AFA y expulsó al técnico Zubeldía porque el conjunto local se tomó 16 minutos y 30 segundos para retornar al campo de juego, cuando el límite establecido es de 15 minutos.
En el complemento, el partido levantó un poco y llegaron las emociones. A los 15 minutos casi se pone en ventaja la visita por intermedio de Erviti, quien sacó un lindo zurdazo desde media distancia y se encontró con una gran respuesta de Marchesín, quien voló y envió la pelota al tiro de esquina.
Los últimos 20 minutos fueron todos de Lanús, que convirtió en figura al uno de Banfield. Primero se lo perdió Blanco, quien dentro del área sacó un remate cruzado y el balón se fue al lado del poste. A los 35, Bologna se lució tres veces ante Silvio Romero, el palo derecho le dijo que no a un cabezazo de Peralta y un defensor visitante salvó la caída de su valla en la línea. Un rato más tarde, Bologna achicó rápido y le ganó otra vez el duelo a Romero. Y sobre la hora, Blanco casi acierta desde media distancia.
El Granate contó con las chances más claras en el clásico del Sur del Gran Buenos Aires, que terminó igualado en cero y tuvo como figura a Bologna. El árbitro Pezzotta expulsó a Zubeldía porque su equipo salió un minuto y medio más tarde a disputar el segundo tiempo.
Si tenía que haber un ganador en el clásico del Sur del Gran Buenos Aires, era Lanús. En un encuentro de bajo vuelo, sobre todo en la etapa inicial, el combinado de Zubeldía hizo mejor las cosas y le ocasionó problemas a un Banfield que se caracteriza por su solidez defensiva. Fue 0-0 porque Bologna respondió muy bien cada vez que lo exigieron.
Lanús y Banfield protagonizaron un primer tiempo para el olvido, con un ritmo lento en el traslado de pelota, mucha fricción en la mitad de la cancha y poco juego. Como en muchos clásicos de la Argentina, los equipos priorizaron el despliegue físico, la entrega y la lucha por encima del fútbol.
El Granate y el Taladro abusaron del pelotazo y carecieron de claridad para generar situaciones de peligro, por lo que los arqueros casi que no participaron del encuentro. La primera etapa no podía finalizar con otro resultado que no sea el 0-0. El pitazo de Pezzotta trajo algo de alivio.
Lo primero para destacar en el clásico ocurrió en el entretiempo. Pezzotta hizo uso de la nueva regla que fijó la AFA y expulsó al técnico Zubeldía porque el conjunto local se tomó 16 minutos y 30 segundos para retornar al campo de juego, cuando el límite establecido es de 15 minutos.
En el complemento, el partido levantó un poco y llegaron las emociones. A los 15 minutos casi se pone en ventaja la visita por intermedio de Erviti, quien sacó un lindo zurdazo desde media distancia y se encontró con una gran respuesta de Marchesín, quien voló y envió la pelota al tiro de esquina.
Los últimos 20 minutos fueron todos de Lanús, que convirtió en figura al uno de Banfield. Primero se lo perdió Blanco, quien dentro del área sacó un remate cruzado y el balón se fue al lado del poste. A los 35, Bologna se lució tres veces ante Silvio Romero, el palo derecho le dijo que no a un cabezazo de Peralta y un defensor visitante salvó la caída de su valla en la línea. Un rato más tarde, Bologna achicó rápido y le ganó otra vez el duelo a Romero. Y sobre la hora, Blanco casi acierta desde media distancia.
Fecha 4 : San Lorenzo 3 All Boys 1
San Lorenzo reaccionó a tiempo y derrotó al aguerrido All Boys
El Ciclón superó por 3-1 al elenco de Floresta en el Nuevo Gasómetro y consiguió su segunda victoria consecutiva. Menseguez (ST 9m), Pereyra (ST 22m) y Tula (ST 36m) anotaron para el equipo de Ramón, que mejoró en el complemento. El visitante descontó con un penal de Matos (ST 23m) y sufrió las expulsiones de Sánchez y Soto.
San Lorenzo se impuso por 3-1 sobre All Boys en el Nuevo Gasómetro y cosechó su segunda victoria consecutiva en el Torneo Apertura, donde aún está invicto y suma ocho puntos. Luego de un arranque opaco, el Ciclón cambió el chip tras el entretiempo y construyó un triunfo basado en la entrega y en la contundencia. En tanto, su rival dio batalla y dejó una imagen digna, pero pagó muy caro las dos expulsiones sufridas.
Ramón ni siquiera se había terminado de acomodar en el banco cuando llegó el primer sobresalto de la noche. Diego Placente debió ser atendido poco después del pitazo inicial por un fuerte dolor en la rodilla izquierda que no le permitió seguir. En su lugar, entró Leandro Romagnoli y el dibujo 3-5-2 trabajado en la semana se fue a la basura. Sin embargo, ese cambio de planes a priori resultaba positivo, ya que era necesario un enlace para poder achicar el abismo entre los volantes y los delanteros.
La apuesta principal de San Lorenzo consistió en enviar centros al área para aprovechar la altura de Sebastián Balsas. Los carrileros Diego Rivero y Aureliano Torres intentaron dominar las bandas para cumplir con ese pedido, pero los envíos cruzados jamás encontraron la cabeza del charrúa. Por su parte, All Boys aplicó la misma receta que tumbó a Boca: marca ordenada y un contragolpe peligroso. Con esas simples herramientas, el visitante produjo lo mejor en el cierre del periodo inicial. Sebastián Ereros estrelló un tiro libre en el travesaño y Emanuel Perea exigió a Pablo Migliore con un cabezazo.
En el complemento, el Ciclón se apoyó en su amor propio y comenzó a crecer. Rivero y Juan Manuel Torres empujaron al equipo desde el mediocampo y Juan Carlos Menseguez empezó a gravitar con su velocidad. Y a los nueve llegó el premio para ese esfuerzo: el Chaco le dio un preciso pase al Rayo, que llegó solo por izquierda y definió con clase ante la salida de Nicolás Cambiasso. Cinco minutos después, Fernando Sánchez vio la roja por cortar un avance peligroso.
Con voluntad y mucho oportunismo, San Lorenzo volvió a sacar ventajas a los 22 con un soberbio cabezazo del cordobés Guillermo Pereyra, tras un centro de Romagnoli. El festejo del segundo tanto duró poco, ya que al instante Fernando Meza bajó a Ereros en el área y Baliño cobró penal. Mauro Matos fue el encargado de descontar y de avisar que el Albo no estaba dispuesto a rendirse. Aunque la ilusión visitante murió a los 35, tras la expulsión de Carlos Soto. El elenco de Boedo festejó el tercero un minuto después por intermedio de un cabezazo de Tula, luego de otro envío del Pipi. Lo curioso fue que el juez, que tuvo una noche agitada, ignoró un exceso verbal del Chaco Torres y le perdonó la vida.
Es cierto que aún no termina de convencer por su juego, pero San Lorenzo dio otro paso hacia adelante y crece en silencio. Podrá faltarle el brillo de candidato, pero las carencias se compensan con las ganas y la efectividad. ¿Con eso alcanzará para pelear el título? Todavía es prematuro para responder con certeza esa pregunta. Pero lo cierto es que nadie le puede quitar la ilusión a su gente, tan realista como entusiasta.
El Ciclón superó por 3-1 al elenco de Floresta en el Nuevo Gasómetro y consiguió su segunda victoria consecutiva. Menseguez (ST 9m), Pereyra (ST 22m) y Tula (ST 36m) anotaron para el equipo de Ramón, que mejoró en el complemento. El visitante descontó con un penal de Matos (ST 23m) y sufrió las expulsiones de Sánchez y Soto.
San Lorenzo se impuso por 3-1 sobre All Boys en el Nuevo Gasómetro y cosechó su segunda victoria consecutiva en el Torneo Apertura, donde aún está invicto y suma ocho puntos. Luego de un arranque opaco, el Ciclón cambió el chip tras el entretiempo y construyó un triunfo basado en la entrega y en la contundencia. En tanto, su rival dio batalla y dejó una imagen digna, pero pagó muy caro las dos expulsiones sufridas.
Ramón ni siquiera se había terminado de acomodar en el banco cuando llegó el primer sobresalto de la noche. Diego Placente debió ser atendido poco después del pitazo inicial por un fuerte dolor en la rodilla izquierda que no le permitió seguir. En su lugar, entró Leandro Romagnoli y el dibujo 3-5-2 trabajado en la semana se fue a la basura. Sin embargo, ese cambio de planes a priori resultaba positivo, ya que era necesario un enlace para poder achicar el abismo entre los volantes y los delanteros.
La apuesta principal de San Lorenzo consistió en enviar centros al área para aprovechar la altura de Sebastián Balsas. Los carrileros Diego Rivero y Aureliano Torres intentaron dominar las bandas para cumplir con ese pedido, pero los envíos cruzados jamás encontraron la cabeza del charrúa. Por su parte, All Boys aplicó la misma receta que tumbó a Boca: marca ordenada y un contragolpe peligroso. Con esas simples herramientas, el visitante produjo lo mejor en el cierre del periodo inicial. Sebastián Ereros estrelló un tiro libre en el travesaño y Emanuel Perea exigió a Pablo Migliore con un cabezazo.
En el complemento, el Ciclón se apoyó en su amor propio y comenzó a crecer. Rivero y Juan Manuel Torres empujaron al equipo desde el mediocampo y Juan Carlos Menseguez empezó a gravitar con su velocidad. Y a los nueve llegó el premio para ese esfuerzo: el Chaco le dio un preciso pase al Rayo, que llegó solo por izquierda y definió con clase ante la salida de Nicolás Cambiasso. Cinco minutos después, Fernando Sánchez vio la roja por cortar un avance peligroso.
Con voluntad y mucho oportunismo, San Lorenzo volvió a sacar ventajas a los 22 con un soberbio cabezazo del cordobés Guillermo Pereyra, tras un centro de Romagnoli. El festejo del segundo tanto duró poco, ya que al instante Fernando Meza bajó a Ereros en el área y Baliño cobró penal. Mauro Matos fue el encargado de descontar y de avisar que el Albo no estaba dispuesto a rendirse. Aunque la ilusión visitante murió a los 35, tras la expulsión de Carlos Soto. El elenco de Boedo festejó el tercero un minuto después por intermedio de un cabezazo de Tula, luego de otro envío del Pipi. Lo curioso fue que el juez, que tuvo una noche agitada, ignoró un exceso verbal del Chaco Torres y le perdonó la vida.
Es cierto que aún no termina de convencer por su juego, pero San Lorenzo dio otro paso hacia adelante y crece en silencio. Podrá faltarle el brillo de candidato, pero las carencias se compensan con las ganas y la efectividad. ¿Con eso alcanzará para pelear el título? Todavía es prematuro para responder con certeza esa pregunta. Pero lo cierto es que nadie le puede quitar la ilusión a su gente, tan realista como entusiasta.