ESTUDIANTES 2 - POHANG 1
De la mano del Chino, autor de los dos goles, Estudiantes le ganó al Pohang Steelers y pasó a la final en Abu Dhabi. El sábado define con Barcelona o el Atlante. El equipo de Corea terminó con ocho y llenó de patadas al Pincha, que recién tuvo tranquilidad en el cierre.
Pintaba para trámite el comienzo. Hasta desde los colores. Una vida de rojo y negro, a lo Flamengo, y la noche que juegan contra Estudiantes, los coreanos del Pohang Steelers se despachan con una pilcha símil a la de Gimnasia... Y en la cancha, justo en los árabes Emiratos donde el fútbol vale tanto como los pingos pura sangre, el Pincha arrancó con todo. Con la suya. Los asiáticos también...
En 19 minutos, los primeros, los de Sabella ya tenían ocho peligrosos y bien direccionados tiros al arco. Los coreanos, tres amarillas por juego algo más que brusco. Mucha media distancia, un Boselli errático (con una media chilena en el palo y todo), un Benítez pifiando sólo debajo del arco... Y así. Hasta perder la cordura y el orden. Cuando Verón fue amonestado en media cancha por foul táctico a Jae Sung, el partido se partió aún más. Denilson, la veterana estrellita brasileña del Pohang, ni la había tocado pero Estudiantes se complicaba solo. Un par de salidas erráticas de Albil coparon la escena. Y los coreanos, el mediocampo.
Sin conducción Estudiantes, todo se tornó en anarquía, en un ida y vuelta sin arcos ni ideas, un río revuelto con ganancia para los pescadores de Oriente. Hasta en infracciones se había empardado todo. Unos y otros pegaban por igual. Aunque los Steelers, en tiempo de descuento, cometieron el pecado de cerrar pegando el primer tiempo. Cuarta tarjeta bien levantada por el italiano Roberto Rosetti y penal para Estudiantes a 40 metros del arquerito Hwa Yong, sobre la derecha del ataque. Sí, penal, porque un tiro libre para el Pincha, otra pelota parada a distancia, es todo un penal cuando la pelota es acomodada por Leandro Benítez. Así las cosas, el Chino le metió rosca, Boselli fue a buscarla y, aunque acomodó la cabeza y el festejo para la foto, el 10 se fue al primer tiempo 1-0 arriba. Como si fuera cierto aquello de que el final de los cuentos ya está escrito desde el principio...
No perdió ritmo el complemento pero el Pincha metió el piloto automático. Hubo intensidad aunque escatimando la presión del minuto 0. Encima, a los siete minutos, de una vez por todas, se pudo poner a pensar en el sábado, en Barcelona o en Atlante (mañana se sabrá aunque los catalanes pagan dos pesos). Triangulación, pase en profundidad de Verón a Enzo Pérez, quien anticipa al arquero, puntea la pelota hacia el segundo palo y Benítez, una vez más, acomoda la zurda, mata el efecto, y define cruzado al ras del césped. 2-0 y partido liquidado. Bah, ¿partido liquidado?
Eso pareció. También por acción. Y por omisión. Tres minutos después del segundo grito, Hwang se fue expulsado por foul a Núñez. Listo. ¿Listo? Sabella movió el banco. Rotación. Descanso. Cellay por Desábato y... A sufrir. Ya había avisado Denilson con una chilena que contuvo Albil. Aunque a falta de 20 minutos, el propio brasileño, tras una falla defensiva Pincha, clavó con un zurdazo en el corazón del área (y un metro en offside) el descuento. Pachorra entonces casi cambia el traje por el turbante. Había que buscar un disfraz. O recuperar la memoria. Pero no. Estudiantes buscó el foul rival. Así, en la infracción ajena, amplió la diferencia. No con goles.
Llegó entonces la roja directa a Kim Jae Sung por foul a Verón. A los 29', todo se simplificó. Territorialmente, claro. Por último recurso, por pseudo foul a Núñez, se fue el 1, Hwa Yong, con los tres cambios hechos por el brasuca Sergio Farías, que bien feo se equivocó: mandó al bahiano Denilson, el único que generaba peligro, al arco. Se calzó los guantes y el partido al fin acabó. Casi como empezó. Apenas si Estudiantes (ya con Salgueiro adentro y el MVP Benítez afuera) le pateó cinco veces más al arco del pobre y resignado moreno. En la más clara, Clemente Rodríguez, casi como wing derecho, rompió el palo. Como Boselli. Y los coreanos, que terminaron con 25 infracciones (bastante grossas), ocho amarillas, tres rojas, y varias vidas perdonadas, siguieron pegando. Como si fuera cierto aquello de que el final de los cuentos ya está escrito desde el principio...
Cada quien sabrá !!!
Disfrutando de lo q realmente vale la pena : mis vicios
Hoy más q nunca
Despúes de ver este blog ,
De esto no tengo dudas
Cuando la vida te niega una cosa ... es porque te tiene preparado algo mejor . Lo cual no tengo dudas .
martes, 15 de diciembre de 2009
BANFIELD CAMPEON
Te Taladra la cabeza
Recorrida por una tarde que quedará incrustada en el corazón de los hinchas de Banfield. Fotitos que, con el paso del tiempo, se convertirán en pósters del alma.
Tarde inolvidable. Nohe inolvidable. Madrugada inolvidable. Los jugadores se fueron de la Bombonera hasta el Florencio Sola, llegaron en un descapotable, escoltados por dos cochebombas. El estadio explotaba, cerca de 35.000 personas, como nunca. Una locura. Es más, muchos entraron al campo de juego, por eso se hizo algo desordenado y no pudieron dar la vuelta. Hubo dedicatorias para todos los archirrivales. empezando por Lanús, siguiendo por Los Andes y por Tallere de remedios de Escalda.
Fiesta total en Banfield. En todo el barrio, como nunca. Con Falcioni cantando, los jugadores también, con sus familias. Del estadio, la locura recorrió todo un barrio. Era el día más esperado. Un día que se hizo largo, hasta la madrugada. Inolvidable para todos.
Recorrida por una tarde que quedará incrustada en el corazón de los hinchas de Banfield. Fotitos que, con el paso del tiempo, se convertirán en pósters del alma.
Tarde inolvidable. Nohe inolvidable. Madrugada inolvidable. Los jugadores se fueron de la Bombonera hasta el Florencio Sola, llegaron en un descapotable, escoltados por dos cochebombas. El estadio explotaba, cerca de 35.000 personas, como nunca. Una locura. Es más, muchos entraron al campo de juego, por eso se hizo algo desordenado y no pudieron dar la vuelta. Hubo dedicatorias para todos los archirrivales. empezando por Lanús, siguiendo por Los Andes y por Tallere de remedios de Escalda.
Fiesta total en Banfield. En todo el barrio, como nunca. Con Falcioni cantando, los jugadores también, con sus familias. Del estadio, la locura recorrió todo un barrio. Era el día más esperado. Un día que se hizo largo, hasta la madrugada. Inolvidable para todos.