Cada quien sabrá !!!
Disfrutando de lo q realmente vale la pena : mis vicios
Hoy más q nunca
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De esto no tengo dudas
domingo, 6 de diciembre de 2009
VELEZ 3 - RIVER 1
NEWELLS 1 - ARSENAL 2
Es para infartArse
Newell´s perdió en Rosario con Arsenal y así el que más festejó en esta fecha fue Banfield, que con su victoria del viernes volvió a la punta. Y le sacó dos al equipo de Sensini, que jugó mal, con seis en juego. Ojo que también sueñan Vélez e Independiente.
Y así, en un suspiro, o dos, como un nene que pierde el dulce en el arenero, a Newell's se le llenaron los ojos de lágrimas. Y si el Parque no es un mar de lágrimas, precisamente, sólo se debe a que los finales de torneos suelen entregar más de una sorpresa. Lo aprendió Banfield contra Racing. Ahora lo sufrió Newell's en su propia casa ante Arsenal. ¿Habrá margen para alguna sorpresa más?Dos cachetazos de entrada le pegó Arsenal a un nervioso Newell's, que como nunca padeció la presión de tener que salir a recuperar la punta tras el triunfo de Banfield del viernes. En un ratito, nomás, Jara le rompió la cadera a Schiavi y el arco a Peratta y el local empezó a ver un panorama oscuro que no estaba en la mente ni del más pesimista. Y, tras cartón, llegó el segundo, de Matías Pérez, para la pesadilla fuera total. Merecido premio a la eficacia de un Arsenal que se jugaba poco (venía de ser goleado por Lanús) y que ahí, en esa liviandad de cuerpo y mente, encontró la llave para destrozar a un Newell's atado de pies y manos a sus nervios. Tanta fue la confusión del equipo de Sensini que en el primer tiempo no creó ni una situación de riesgo.En el segundo, en cambio, el local sacó a relucir su orgullo. Empujó con el alma, sin ideas, y dejó el corazón para intentar al menos un punto salvador. Sobre todo tras el descuento de Boghossian, el uruguayo siempre presente, parecía que otro milagro como el que había conseguido ante Central era posible. Pero no... No alcanzó con el orgullo, las ganas, el corazón, porque esta vez los déficits fueron mucho más grande que los aciertos. Ahora, claro, el título está en manos de Dios, que encima esta semana, parece, se lleva mejor con Banfield...
ATLETICO TUCUMAN 2 - COLON 0
Atlético Tucumán, con buen juego, se abusó de un rival golpeado por ausencias. Los de Chiche mejoran.
Es cierto, Atlético Tucumán recibió a un rival disminuido en su elenco habitual (por el lío con Javier Collado en el partido contra Newell's, faltaron Pozzo, Garcé, Rivarola y Fuertes) y golpeado en el ánimo colectivo. Pero el Decano es ajeno a ese asunto precedente. Los de Chiche Sosa, sí, sacaron provecho de esa oportunidad porque mostraron la determinación que les faltó a los del Turco Mohamed. Con presión en la salida del rival, poco espacio entre líneas y conocimiento de la costumbre de Colón de jugar con la defensa en línea, los locales tomaron una ruta directa para llegar a Díaz. Y tocaron la puerta -e ingresaron al arco- en dos de los tres primeros ataques francos en poco más de media hora. Esa fue una diferencia notoria con el visitante, que en los primeros 45 minutos exigió a Ischuk, pero sin posibilidad de superarlo.
Aun en zona de descenso directo (quedará a una centésima de Gimnasia si los platenses pierden hoy con Lanús), Atlético Tucumán da síntomas de recuperación bajo gestión de Osvaldo Sosa. La apuesta ofensiva de Rodríguez, Gigliotti y Pereyra, puesta en funcionamiento en el partido previo a la asunción de Chiche, sigue en vigencia, en tanto la zona defensiva (los tres centrales fueron un punto alto), a pesar de alguna permeabilidad, ha ganado en coordinación con la aparición de More como volante que debe cerrarse por izquierda. Por eso, con el triunfo de ayer, el Decano encadenó la tercera victoria consecutiva de local luego de haber superado a Tigre y Chacarita. Y sumó siete de los últimos nueve puntos (sólo perdió en el debut de Sosa, ante River en el Monumental). La esperanza se afirma... En este aspecto también hay una distinción respecto de un Colón que llega desinflado al cierre del Apertura. El Turco deberá revisar las causas de semejante declive, previo a lo que ocurrió con Collado, que de la esperanza de vuelta olímpica llevó al Sabalero a sumar tres derrotas (en el medio, ganó el adelantado con Estudiantes) sin siquiera haber convertido.
ARGENTINOS 2 - SAN LORENZO 1
Chas chas
Cachete Oberman les asestó la bofetada final al partido y al sueño de Copa del Ciclón. Y Borghi lo dio vuelta con el manual de Simeone.
El chas chas fue sorpresivo, tanto que el grito fue con delay, brotó a partir del festejo de Oberman, cuando ofreció el Cachete a la platea. Porque era un centro y se coló, tanto que Migliore alzó los brazos en señal de que la bola se iba. Porque el desarrollo del partido, hasta el 1-1, marchaba hacia otro destino. El sacudón del delantero de fugaz súper acción le permitió a Argentinos dar vuelta el resultado, y fue castigo para un San Lorenzo que ya había dado señales de un retroceso en el campo, que lo termina pagando con los sueños de Copa (si Newell's gana hoy, quedarán extintos). Hubo otro golpe: el de Borghi desde el banco, con el canto del manual de Simeone.
Porque el Bichi tuvo que ganarse el pan al trote, sobre la marcha del partido. El Cholo había plasmado un plan a la medida de las dimensiones de la cancha que le venía saliendo a la perfección. El 3-5-2 ocupaba cada sector del campo y tenía al Kily González en una posición ambigua. En defensa, se cerraba en una especie de triple cinco. En ataque, se abría como wing izquierdo. Aguirre le cubría las espaldas a Pintos, y el moreno pasaba en todos los tiros. El entramado surtía efecto a partir de la presión, que englobaba a los 11, pegajosa, insoportable. Así, era Argentinos el que generaba las chances de la visita. Ahogado, perdía la pelota, y el que la robaba salía disparado, sin detenerse en el toque burocrático en el medio; las cortas distancias abonaban la moción. El gol de Pintos llegó así, tras falla de Sabia. Y hubo unas cuantas jugadas calcadas del mismo corte, más, incluso, después de la conquista.
Al Bicho lo sostuvo ofensivamente el tozudo Coria con sus remates desde afuera. En el primer tiempo fue enlace. Y en el segundo... A Borghi le agarró un ataque a lo Simeone. No, no abandonó su postura más cadenciosa, con los brazos en jarra, barriga hacia la línea de cal, junto al banco. Sí imitó la movida que suele hacer el Cholo bajo las circunstancias que enfrentó. El frigorífico, al asador. Adentro Oberman y Raymonda; afuera Basualdo, de posición imprecisa e incómoda. El dibujo movió los trazos hacia un 4-3-1-2. Pero la apuesta se vio en los intérpretes detrás de los números. Mercier pasó a ser un lateral derecho adelantado. Cachete y Coria mutaron en volantes externos. El Pato fue el enganche. Y fueron. Con riesgos conscientes, porque el Papu Gómez avisó que tenía una quinta para entretenerse en un par de aproximaciones. Pero Coria abandonó las advertencias de larga distancia para clavarla de tiro libre. Y Argentinos coronó el rapto furioso con el Cachetazo.
"Llegamos hasta donde pudimos", dijo Simeone sobre el certamen, pero pudo haber aplicado la frase al partido. Sacó a Leiva, eje, para el ingreso de Romagnoli. Se quedó sin pase limpio. Y las apuestas no le dieron una jugada neta de gol aún con un hombre más. Boedo no pudo volver del correctivo. El chas chas dejó su marca.
BOCA 1 - INDEPENDIENTE 2
Y una noche, Boca fue cero por los goles perdidos por Palermo, que esta vez no tiene nada que reprocharle a Gaitán... El Rojo tuvo astucia y a un Silvera inspirado.
Tantas veces Boca fue bendecido por el halo goleador de Palermo, tantos partidos empantanados encontraron la soga salvadora en un rebote, un cabezazo sucio o una definición genial de Martín, que en la noche de la excepción que contradice la regla el mundo se pregunta si los siete partidos sin goles es una racha que está por terminar o lo que se termina es la pila de un goleador fuera de serie. Porque esta vez no alcanzan ni la gloriosa trayectoria de Palermo ni su incuestionable autoridad futbolística para reclamarle nada a nadie. Si alguna vez, o varias, el Loco se sintió desprotegido de centros, de atención ofensiva, de generosidad de los asistidores, no fue anoche una de esas noches. Gaitán fue lo que tantas veces fue Guillermo más allá o Palacio más acá. Y si no estuvo Riquelme para buscarlo desde el centro apareció Insúa, y hasta Viatri, que pensó primero en cómo ayudar a un colega en apuros que en lucirse él, vamos, que tanto necesita salir en la parte buena de los diarios.
En un partido de corte inglés, con la pelota pasando sin peaje por el medio, en un trámite rápido de área a área en el que ni foules hubo, Boca fue cerrando caminos y arrinconando a un Independiente que encontró el primer gol en una jugada nacida en la astucia de Gallego, que puso a Gómez a explotar la espalda de Krupoviesa y fue al fondo para tirar un centro que Paletta vio pasar para un insólitamente solitario Silvera. El Rojo se conformó con poco y eso que tenía más. Porque Boca era una cosa atacando pero otra defendiendo, y sin embargo el equipo del Tolo se quedaba en la chiquita de cuidar el 1-0 y no pensar en mucho más.
Palermo ya tenía bronca en el PT, frustrado por un cabezazo en el travesaño, otro frentazo en la puerta del área chica que se fue alta, y un pase de Viatri que no llegó a conectar porque no pudo arrancar. El segundo tiempo, directamente, fue un suplicio para ese grito que se le quedó atragantado y no pudo salir. Palermo tuvo una pequeña revancha en el gol del empate, cuando bajó magistralmente una bola para Gaitán, que como toda la noche limpió de rivales la jugada y le cedió el gol a Mouche. En la primera hora del segundo tiempo la cancha se inclinó irremediablemente para el lado de Gabbarini. El arquero, dicho sea de paso, le sacó a Palermo un gol cantado, luego de que Insúa dejara a Martín solito y solo. Y en un partido de locos, Independiente, que atacó poco y nada, llegó a fondo cada vez que se lo propuso. Inclusive, Medel y Krupoviesa casi hacen dos goles en contra antes de que en una jugada de puro tiki tiki Piatti definiera tras una genialidad de Silvera.
Repasando las jugadas que guarda el cuaderno, asombran lo bien que jugó el Loco fuera del área, asistiendo a Gaitán y a Mouche. Paradójica noche, en la que no jugó Riquelme y Boca extrañó a un tal Palermo.