Gimnasia y San Lorenzo, mucha fricción y poco fútbol
Empataron 0-0 en La Plata, por la primera fecha. El conjunto local fue algo más con la pelota y generó las mejores situaciones ante un rival aguerrido y sin muchas ideas en ataque.
Ramón Díaz dejó en claro que este nuevo San Lorenzo iba a estar lejos de aquella “Ferrari” que formó en 2007 para lograr el campeonato y que este equipo estaba más cerca de un “Falcon Familiar”. Y rápidamente quedó demostrado en la cancha, por el choque, la fricción y el desgaste que propuso en todos los sectores. Lejos estuvo de lucir.
Por su parte, Gimnasia propuso algo más desde el manejo por abajo, aunque también evidenció que le falta mucho para ser un auto de alta gama, más allá de las intenciones de Diego Cocca. En la primera etapa, Rinaudo y Capurro se adueñaron del mediocampo y controlaron sin problemas a un Romagnoli que apareció poco y demostró que le falta una segunda marcha.
Por eso, y porque tanto Alfaro como Bordagaray quedaron demasiado solos arriba, a la visita el partido se le hizo cuesta arriba, mientras que el local se plantó en tres cuartos y buscó generar peligro, siempre con pocas ideas y escasas apariciones individuales. Sin embargo, algo creó: a los 27, Navarro remató por arriba ante un puñetazo corto de Albil.
El dueño de casa, tranquilo en el fondo salvo por alguna arremetida de Alfaro o Torres, se sintió cómodo cerca de la media hora y encontró su mejor rendimiento. A los 36, Capurro la puso en el punto del penal, Navarro metió un excelente cabezazo y la pelota se estrelló en el poste. En la siguiente, Jiménez volvió a ganar de arriba y otra vez se salvó el Ciclón.
El Lobo también fue un algo más en el complemento, pero se fue apagando con el correr de los minutos y su rival comenzó a animarse. Claro que a San Lorenzo no le sobró por ningún lado y Ramón hizo un rápido análisis tras el partido: “Debemos mejorar mucho de tres cuartos hacia arriba”.
Las mejores de Gimnasia llegaron en el inicio: a los 9, Neira probó las seguras manos de Albil y a los 12, Navarro cabeceó y el arquero, que reemplazó a Migliore, volvió a tapar. La última del local, ya sobre el cierre del partido, fue para Agüero, quien forzó a otra excelente respuesta del ex Estudiantes.
Ya sin Romagnoli, quien se fue con una molestia en la rodilla operada y se puso hielo en el banco, el Ciclón fue aún más empuje. Ramón mandó a la cancha a Balsas para ganar por arriba, pero al espigado atacante uruguayo le costó. Los centros escasearon y la lucha fue protagonista excluyente.
Sin embargo, San Lorenzo generó una sola jugada de riesgo y fue gracias a la altura del ex Nacional de Montevideo. A los 32, Placente llegó hasta el fondo por la izquierda y la puso al borde del área chica para Balsas, quien le dio de cabeza y obligó a una fabulosa reacción de Sessa. Poco, muy poco del conjunto de Boedo. Algo mejor parado quedo el Lobo.
Empataron 0-0 en La Plata, por la primera fecha. El conjunto local fue algo más con la pelota y generó las mejores situaciones ante un rival aguerrido y sin muchas ideas en ataque.
Ramón Díaz dejó en claro que este nuevo San Lorenzo iba a estar lejos de aquella “Ferrari” que formó en 2007 para lograr el campeonato y que este equipo estaba más cerca de un “Falcon Familiar”. Y rápidamente quedó demostrado en la cancha, por el choque, la fricción y el desgaste que propuso en todos los sectores. Lejos estuvo de lucir.
Por su parte, Gimnasia propuso algo más desde el manejo por abajo, aunque también evidenció que le falta mucho para ser un auto de alta gama, más allá de las intenciones de Diego Cocca. En la primera etapa, Rinaudo y Capurro se adueñaron del mediocampo y controlaron sin problemas a un Romagnoli que apareció poco y demostró que le falta una segunda marcha.
Por eso, y porque tanto Alfaro como Bordagaray quedaron demasiado solos arriba, a la visita el partido se le hizo cuesta arriba, mientras que el local se plantó en tres cuartos y buscó generar peligro, siempre con pocas ideas y escasas apariciones individuales. Sin embargo, algo creó: a los 27, Navarro remató por arriba ante un puñetazo corto de Albil.
El dueño de casa, tranquilo en el fondo salvo por alguna arremetida de Alfaro o Torres, se sintió cómodo cerca de la media hora y encontró su mejor rendimiento. A los 36, Capurro la puso en el punto del penal, Navarro metió un excelente cabezazo y la pelota se estrelló en el poste. En la siguiente, Jiménez volvió a ganar de arriba y otra vez se salvó el Ciclón.
El Lobo también fue un algo más en el complemento, pero se fue apagando con el correr de los minutos y su rival comenzó a animarse. Claro que a San Lorenzo no le sobró por ningún lado y Ramón hizo un rápido análisis tras el partido: “Debemos mejorar mucho de tres cuartos hacia arriba”.
Las mejores de Gimnasia llegaron en el inicio: a los 9, Neira probó las seguras manos de Albil y a los 12, Navarro cabeceó y el arquero, que reemplazó a Migliore, volvió a tapar. La última del local, ya sobre el cierre del partido, fue para Agüero, quien forzó a otra excelente respuesta del ex Estudiantes.
Ya sin Romagnoli, quien se fue con una molestia en la rodilla operada y se puso hielo en el banco, el Ciclón fue aún más empuje. Ramón mandó a la cancha a Balsas para ganar por arriba, pero al espigado atacante uruguayo le costó. Los centros escasearon y la lucha fue protagonista excluyente.
Sin embargo, San Lorenzo generó una sola jugada de riesgo y fue gracias a la altura del ex Nacional de Montevideo. A los 32, Placente llegó hasta el fondo por la izquierda y la puso al borde del área chica para Balsas, quien le dio de cabeza y obligó a una fabulosa reacción de Sessa. Poco, muy poco del conjunto de Boedo. Algo mejor parado quedo el Lobo.
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