Boca venció a Arsenal con sufrimiento y tomó oxígeno
El Xeneize, con Pompei como técnico interino, mejoró la actitud y se impuso por 2-1 en la Bombonera. Sergio Araujo (PT 27m) y Martín Palermo (ST 29m) marcaron para el anfitrión, que compensó sus desprolijidades con entrega para volver a ganar luego de tres partidos. Los de Sarandí anotaron por intermedio de Lisandro López (ST 4m) y derrocharon varias chances para empatar.
Boca derrotó por 2-1 a Arsenal en la Bombonera, en uno de los duelos válidos por la 15ª fecha del Torneo Apertura, y pudo dibujarse una pequeña sonrisa luego de la dolorosa caída en el Superclásico y la renuncia de Claudio Borghi. Con Roberto Pompei nuevamente como entrenador interino, el Xeneize esgrimió mayor actitud y venció a un batallador rival, que hizo méritos para empatar pero careció de contundencia. La derrota dejó a los de Sarandí a ocho puntos del líder Estudiantes.
En el amanecer del encuentro, Boca exhibió la misma desidia que le sobró en la derrota del martes ante River. El 4-3-1-2 confeccionado por el Tito combinó fragilidad defensiva y una alarmante falta de ideas a la hora de lanzar ataques. El anfitrión no supo sacarle réditos a la posesión del balón y dejó al desnudo su preocupante anemia futbolística. Por su parte, Arsenal lució mejor parado en los primeros minutos con su clásica solidez y un novedoso tridente ofensivo, compuesto por Luciano Leguizamón, Matías Alustiza y Mauro Obolo.
A los 3 minutos, Obolo sacó provecho de una posición adelantada y venció a Javier García, pero el gol fue correctamente anulado. Enseguida, Cristian Chávez sorprendió a todos con un remate desde muy lejos y Cristian Campestrini debió esforzarse para enviar la pelota al córner. En un contexto muy mediocre, el Pochi fue el único que intentaba asociarse y generar fútbol. La otra vía de ataque del Xeneize fueron las trepadas de Clemente Rodríguez, aunque Arsenal no se apartó de su habitual orden y amenazó en las réplicas. Leguizamón, a espaldas de Medel y de frente a Cellay, metió miedo en cada intervención.
Pero el desarrollo del encuentro comenzó a mutar a los 21, cuando el juvenil Sergio Araujo reemplazó al lesionado Lucas Viatri. Con un hambre de gol voraz, el delantero comenzó a exigir a la defensa de Arsenal y mostró una actitud ejemplar. Y a los 27 se sacó las ganas: tomó la pelota tras un mal despeje, eludió la marca con categoría en el área grande y definió con un notable derechazo. Fue el primer tanto en Primera de la gran promesa del Xeneize. Tras la conquista, Boca dejó a un lado su apatía y justificó su ventaja. Araujo se cansó de presionar a los defensores, Chávez lastimó con un par de pases profundos, Clemente fue salida por izquierda y hasta Cellay se animó a proyectarse. Un poco de aire fresco…
La tranquilidad de Boca se esfumó tan rápido como había llegado. El zaguero Lisandro López le ganó a Cellay en un tiro libre y logró el empate a los cuatro minutos del complemento. Cuando el equipo de Pompei terminó de asimilar el golpe, decidió ir a todo o nada por los tres puntos. Como resultado, el partido se convirtió en un intenso ida y vuelta. A los nueve, Araujo recibió un gran pase de Giménez y definió apenas afuera. Y más tarde, un disparo del ex Tigre forzó una buena respuesta de Campestrini.
Arsenal también respondió con un centro de Leguizamón que Obolo no conectó por milímetros. Y a los 28, el ex Vélez se relamió con el 2-1, pero los defensores despejaron la pelota sobre la línea. En la misma jugada, García también aportó un manotazo salvador para sostener el empate parcial. Boca respiró aliviado y se rió de su suerte. Un minuto después, Palermo se encontró con el balón luego de un rebote en Battaglia y no perdonó. Fue el séptimo gol del Titán en el Apertura, un tanto vital para respaldar al local en el momento decisivo del duelo.
El epílogo lo mostró más incisivo a Arsenal, que vendió cara su derrota y soñó hasta último momento con descontarle algún punto a Estudiantes. En las situaciones más claras, Obolo estrelló un remate en el palo derecho de García, Choy González falló de frente al arco y Leguizamón demoró una eternidad en definir una jugada. En el cierre, Araujo desbordó por izquierda y encontró a Palermo, cuyo cabezazo fue encontrado milagrosamente por Campestrini. No hubo tiempo para más y Boca alzó los brazos para aplaudir a su gente. Si bien no hubo notables mejorías futbolísticas, esta vez el Xeneize puso corazón y amor propio. El tiempo dirá si este encuentro será el primer paso para la recuperación, o si se convertirá en un grito aislado en el medio de la crisis.
El Xeneize, con Pompei como técnico interino, mejoró la actitud y se impuso por 2-1 en la Bombonera. Sergio Araujo (PT 27m) y Martín Palermo (ST 29m) marcaron para el anfitrión, que compensó sus desprolijidades con entrega para volver a ganar luego de tres partidos. Los de Sarandí anotaron por intermedio de Lisandro López (ST 4m) y derrocharon varias chances para empatar.
Boca derrotó por 2-1 a Arsenal en la Bombonera, en uno de los duelos válidos por la 15ª fecha del Torneo Apertura, y pudo dibujarse una pequeña sonrisa luego de la dolorosa caída en el Superclásico y la renuncia de Claudio Borghi. Con Roberto Pompei nuevamente como entrenador interino, el Xeneize esgrimió mayor actitud y venció a un batallador rival, que hizo méritos para empatar pero careció de contundencia. La derrota dejó a los de Sarandí a ocho puntos del líder Estudiantes.
En el amanecer del encuentro, Boca exhibió la misma desidia que le sobró en la derrota del martes ante River. El 4-3-1-2 confeccionado por el Tito combinó fragilidad defensiva y una alarmante falta de ideas a la hora de lanzar ataques. El anfitrión no supo sacarle réditos a la posesión del balón y dejó al desnudo su preocupante anemia futbolística. Por su parte, Arsenal lució mejor parado en los primeros minutos con su clásica solidez y un novedoso tridente ofensivo, compuesto por Luciano Leguizamón, Matías Alustiza y Mauro Obolo.
A los 3 minutos, Obolo sacó provecho de una posición adelantada y venció a Javier García, pero el gol fue correctamente anulado. Enseguida, Cristian Chávez sorprendió a todos con un remate desde muy lejos y Cristian Campestrini debió esforzarse para enviar la pelota al córner. En un contexto muy mediocre, el Pochi fue el único que intentaba asociarse y generar fútbol. La otra vía de ataque del Xeneize fueron las trepadas de Clemente Rodríguez, aunque Arsenal no se apartó de su habitual orden y amenazó en las réplicas. Leguizamón, a espaldas de Medel y de frente a Cellay, metió miedo en cada intervención.
Pero el desarrollo del encuentro comenzó a mutar a los 21, cuando el juvenil Sergio Araujo reemplazó al lesionado Lucas Viatri. Con un hambre de gol voraz, el delantero comenzó a exigir a la defensa de Arsenal y mostró una actitud ejemplar. Y a los 27 se sacó las ganas: tomó la pelota tras un mal despeje, eludió la marca con categoría en el área grande y definió con un notable derechazo. Fue el primer tanto en Primera de la gran promesa del Xeneize. Tras la conquista, Boca dejó a un lado su apatía y justificó su ventaja. Araujo se cansó de presionar a los defensores, Chávez lastimó con un par de pases profundos, Clemente fue salida por izquierda y hasta Cellay se animó a proyectarse. Un poco de aire fresco…
La tranquilidad de Boca se esfumó tan rápido como había llegado. El zaguero Lisandro López le ganó a Cellay en un tiro libre y logró el empate a los cuatro minutos del complemento. Cuando el equipo de Pompei terminó de asimilar el golpe, decidió ir a todo o nada por los tres puntos. Como resultado, el partido se convirtió en un intenso ida y vuelta. A los nueve, Araujo recibió un gran pase de Giménez y definió apenas afuera. Y más tarde, un disparo del ex Tigre forzó una buena respuesta de Campestrini.
Arsenal también respondió con un centro de Leguizamón que Obolo no conectó por milímetros. Y a los 28, el ex Vélez se relamió con el 2-1, pero los defensores despejaron la pelota sobre la línea. En la misma jugada, García también aportó un manotazo salvador para sostener el empate parcial. Boca respiró aliviado y se rió de su suerte. Un minuto después, Palermo se encontró con el balón luego de un rebote en Battaglia y no perdonó. Fue el séptimo gol del Titán en el Apertura, un tanto vital para respaldar al local en el momento decisivo del duelo.
El epílogo lo mostró más incisivo a Arsenal, que vendió cara su derrota y soñó hasta último momento con descontarle algún punto a Estudiantes. En las situaciones más claras, Obolo estrelló un remate en el palo derecho de García, Choy González falló de frente al arco y Leguizamón demoró una eternidad en definir una jugada. En el cierre, Araujo desbordó por izquierda y encontró a Palermo, cuyo cabezazo fue encontrado milagrosamente por Campestrini. No hubo tiempo para más y Boca alzó los brazos para aplaudir a su gente. Si bien no hubo notables mejorías futbolísticas, esta vez el Xeneize puso corazón y amor propio. El tiempo dirá si este encuentro será el primer paso para la recuperación, o si se convertirá en un grito aislado en el medio de la crisis.
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