San Lorenzo tumbó a Racing con un agónico cabezazo de Balsas
El Ciclón, que arrastraba dos empates, se impuso por 2-1 sobre la Academia en el Cilindro gracias a un tanto del uruguayo a cinco del final. Pereyra (PT 19m) abrió el marcador para los de Ramón Díaz, aunque Lugüercio (ST 10m) había igualado merecidamente. Fue la primera caída para el anfitrión.
San Lorenzo se alió con el oportunismo para ganarle por 2-1 a Racing en el Cilindro de Avellaneda y sumar agónicamente sus primeros tres puntos en el Torneo Apertura, luego de cosechar dos empates en sus presentaciones anteriores. En un duelo equilibrado y atractivo, los dirigidos por Ramón Díaz suplieron sus carencias con esfuerzo y le dieron un duro golpe al elenco albiceleste, que venía dulce tras las victorias ante All Boys y Boca.
En el amanecer del encuentro, Racing aprovechó el envión que le dio el aliento de su gente y expuso un plan de juego más definido que su rival. La apuesta de Russo fue asociar a Patricio Toranzo con el colombiano Giovanni Moreno y aprovechar las escaladas del paraguayo Marcos Cáceres por la derecha. Por su parte, el Ciclón debió asumir un rol más vinculado al contragolpe y se esperanzó con sacarle jugo a la altura del uruguayo Sebastián Balsas.
La primera emoción llegó a los tres minutos: Guillermo Pereyra se escapó de la marca en un tiro de esquina y estuvo a punto de festejar con un cabezazo. Pero más allá de la peligrosidad que generó en cada jugada de pelota detenida, el Ciclón de Ramón Díaz perdió la batalla del mediocampo y fue superado. No obstante, a la Academia no le alcanzó con tener la iniciativa para ponerse en ventaja. El gran déficit racinguista fue la ausencia de potencia en los últimos metros, en la zona de definición. Claudio Bieler estuvo fuera del circuito y su equipo debió terminar casi todas las jugadas con remates desde afuera del área.
Inesperadamente, el Falcon de Ramón aceleró a fondo y se puso en ventaja a los 19 minutos. Placente se escapó por izquierda y tocó hacia el centro para el cordobés Pereyra, que puso la pelota en un rincón lejano. ¿El gol alteró los roles de cada protagonista? No, incluso los ratificó. El local, con un buen trabajo de Claudio Yacob y toques sutiles de Moreno, intentó ser asociarse en ataque pero fue muy irresoluto. En tanto, su rival compensó su falta de ideas con una entrega elogiable.
La justicia futbolística recién apareció a los 10 minutos del complemento, cuando Racing logró el merecido empate. Todo empezó con un error de Sebastián Luna, que perdió una pelota en la derecha. Toranzo se la llevó y encontró a Lugüercio, quien sacó un preciso remate desde afuera del área que impidió la llegada del arquero Damián Albil. Acostumbrado a hacer pocos pero importantes tantos, el Payaso provocó el desahogo de esa gente que luego lo mimó con una ovación.
Ramón miró hacia el banco y buscó recambio con los ingresos de Diego Rivero y Emiliano Alfaro. Como sucedió ante Godoy Cruz, el Ciclón se nutrió con los cambios y ganó dinámica en el medio. Si bien Racing era más incisivo y ambicioso, San Lorenzo se solidificó defensivamente y anunció que también quería llevarse los tres puntos. El primer aviso azulgrana llegó a los 35, cuando Rivero aprovechó los espacios dejados por el local y le puso un pase largo a Alfaro, que derrochó el mano a mano ante Roberto Fernández.
Cuando el crónometro indicaba 40 minutos, llegó el golpe que nadie tenía en los planes. Aureliano Torres ejecutó un córner desde la izquierda y el uruguayo Balsas conectó de cabeza tras ganarle en el salto a Aveldaño. El primer tanto del ex Nacional en la Argentina adquirió un valor dorado. Y en el cierre, Moreno (Placente le cometió un grosero penal que no vio Baldassi) exigió a Albil con un zurdazo picante. Es cierto que a este Falcon de Ramón le sobran limitaciones, pero tiene dos piezas vitales: oportunismo y amor propio. Y con esos dos atributos le alcanzó para bajar a la tierra al estusiasta Racing, que aún necesita mayor rodaje.
El Ciclón, que arrastraba dos empates, se impuso por 2-1 sobre la Academia en el Cilindro gracias a un tanto del uruguayo a cinco del final. Pereyra (PT 19m) abrió el marcador para los de Ramón Díaz, aunque Lugüercio (ST 10m) había igualado merecidamente. Fue la primera caída para el anfitrión.
San Lorenzo se alió con el oportunismo para ganarle por 2-1 a Racing en el Cilindro de Avellaneda y sumar agónicamente sus primeros tres puntos en el Torneo Apertura, luego de cosechar dos empates en sus presentaciones anteriores. En un duelo equilibrado y atractivo, los dirigidos por Ramón Díaz suplieron sus carencias con esfuerzo y le dieron un duro golpe al elenco albiceleste, que venía dulce tras las victorias ante All Boys y Boca.
En el amanecer del encuentro, Racing aprovechó el envión que le dio el aliento de su gente y expuso un plan de juego más definido que su rival. La apuesta de Russo fue asociar a Patricio Toranzo con el colombiano Giovanni Moreno y aprovechar las escaladas del paraguayo Marcos Cáceres por la derecha. Por su parte, el Ciclón debió asumir un rol más vinculado al contragolpe y se esperanzó con sacarle jugo a la altura del uruguayo Sebastián Balsas.
La primera emoción llegó a los tres minutos: Guillermo Pereyra se escapó de la marca en un tiro de esquina y estuvo a punto de festejar con un cabezazo. Pero más allá de la peligrosidad que generó en cada jugada de pelota detenida, el Ciclón de Ramón Díaz perdió la batalla del mediocampo y fue superado. No obstante, a la Academia no le alcanzó con tener la iniciativa para ponerse en ventaja. El gran déficit racinguista fue la ausencia de potencia en los últimos metros, en la zona de definición. Claudio Bieler estuvo fuera del circuito y su equipo debió terminar casi todas las jugadas con remates desde afuera del área.
Inesperadamente, el Falcon de Ramón aceleró a fondo y se puso en ventaja a los 19 minutos. Placente se escapó por izquierda y tocó hacia el centro para el cordobés Pereyra, que puso la pelota en un rincón lejano. ¿El gol alteró los roles de cada protagonista? No, incluso los ratificó. El local, con un buen trabajo de Claudio Yacob y toques sutiles de Moreno, intentó ser asociarse en ataque pero fue muy irresoluto. En tanto, su rival compensó su falta de ideas con una entrega elogiable.
La justicia futbolística recién apareció a los 10 minutos del complemento, cuando Racing logró el merecido empate. Todo empezó con un error de Sebastián Luna, que perdió una pelota en la derecha. Toranzo se la llevó y encontró a Lugüercio, quien sacó un preciso remate desde afuera del área que impidió la llegada del arquero Damián Albil. Acostumbrado a hacer pocos pero importantes tantos, el Payaso provocó el desahogo de esa gente que luego lo mimó con una ovación.
Ramón miró hacia el banco y buscó recambio con los ingresos de Diego Rivero y Emiliano Alfaro. Como sucedió ante Godoy Cruz, el Ciclón se nutrió con los cambios y ganó dinámica en el medio. Si bien Racing era más incisivo y ambicioso, San Lorenzo se solidificó defensivamente y anunció que también quería llevarse los tres puntos. El primer aviso azulgrana llegó a los 35, cuando Rivero aprovechó los espacios dejados por el local y le puso un pase largo a Alfaro, que derrochó el mano a mano ante Roberto Fernández.
Cuando el crónometro indicaba 40 minutos, llegó el golpe que nadie tenía en los planes. Aureliano Torres ejecutó un córner desde la izquierda y el uruguayo Balsas conectó de cabeza tras ganarle en el salto a Aveldaño. El primer tanto del ex Nacional en la Argentina adquirió un valor dorado. Y en el cierre, Moreno (Placente le cometió un grosero penal que no vio Baldassi) exigió a Albil con un zurdazo picante. Es cierto que a este Falcon de Ramón le sobran limitaciones, pero tiene dos piezas vitales: oportunismo y amor propio. Y con esos dos atributos le alcanzó para bajar a la tierra al estusiasta Racing, que aún necesita mayor rodaje.
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