San Lorenzo rescató un punto con gusto dulce ante Godoy Cruz
El Ciclón compensó sus graves carencias con entrega y empató 2-2 ante el Tomba en el Nuevo Gasómetro. Tula (PT 18m) abrió la cuenta para el equipo de Ramón Díaz, pero Ramírez (PT 41m y ST 37s) dio vuelta el marcador de manera merecida. Sin embargo, Rivero (ST 32m) puso el empate definitivo tras un error del arquero Ibáñez.
San Lorenzo desnudó todas sus limitaciones y debió sufrir demasiado para llevarse un punto ante Godoy Cruz en el Nuevo Gasómetro. El conjunto dirigido por Ramón Díaz exhibió carencias múltiples pero apeló a su corazón para empatar 2-2 con el Tomba, en un duelo correspondiente a la segunda fecha del Torneo Apertura 2010. Pese a la distancia entre el nivel de uno y otro, ambos protagonistas suman dos empates en igual cantidad de presentaciones.
El Tomba arribó al Nuevo Gasómetro envuelto en confianza y con el antecedente de haber ganado en sus últimas dos visitas al Bajo Flores. El dinámico equipo que diagramó Omar Asad le plantó dura lucha al local en el arranque y demostró que tenía más aceitado el 3-4-1-2. San Lorenzo no la pasó nada bien y a los 16 tuvo su primer tirón de orejas: David Ramírez le ganó la espalda al doble cinco y tocó para Rodrigo Salinas, que sacó un peligroso remate cruzado.
Pero el rumbo del Ciclón cambió a los 18, cuando Cristian Tula abrió el marcador con un cabezazo furibundo que dejó sin respuesta a Nelson Ibáñez. El gol tuvo un efecto directo en cada protagonista. Por un lado, San Lorenzo se ordenó mejor, controló las bandas con José San Román y Diego Placente, y halló vuelo de la mano del pequeño Sebastián González. En cambio, Godoy Cruz mutó en un manojo de nervios, se llenó de imprecisiones y caminó por la cornisa.
El gran pecado del elenco de Ramón Díaz fue no haber podido dar el golpe de nocaut. Tuvo la chance el juvenil González en dos oportunidades, pero le faltó la efectividad de un goleador. Y a los 41 resucitó el visitante mediante una combinación genial de su tridente ofensivo. Salinas arrastró marcas y cedió la pelota para César Carranza, que abrió para la izquierda hacia el Mago Ramírez y éste definió con la zurda ante la salida de Damián Albil.
Luego del mazazo sufrido en el final del primer periodo, San Lorenzo recibió otra trompada a los 35 segundos del complemento. Carranza la robó en el mediocampo y volvió a encontrar a Ramírez por izquierda. El ex Ferro y Olimpo, la gran figura del partido, volvió a cruzársela al arquero y puso el 2-1. El visitante justificó su ventaja con un gran trabajo de Nicolás Olmedo en el mediocampo y San Lorenzo quedó al borde de la cornisa.
La línea defensiva del Ciclón tambaleó ante cada incursión ofensiva del tándem Carranza-Ramírez y la gente empezaba a alarmarse en las tribunas. En la desesperación reinante, Ramón confió en Diego Rivero y en el uruguayo Sebastián Balsas para hacer reaccionar a su equipo. Pero lo único que generó fue un concierto de centros sin destino. El camino hacia la derrota era ineludible, aunque el curso del encuentro volvió a cambiar a los 32. Rivero amagó con mandar un centro pero probó al arco y confundió a Ibáñez, que no pudo controlar la pelota. Pura euforia y desahogo azulgrana.
El aliento del público del Ciclón empujó a su equipo hacia la épica victoria. Pero no hubo resto para consumar dicha hazaña. Quedó claro que a este San Lorenzo le sobran las carencias y aún no puede sacarle jugo al nuevo esquema. Por su parte, Godoy Cruz dejó el Bajo Flores con un gusto amargo porque estuvo a punto de saborear su tercer triunfo consecutivo en el Pedro Bidegain.
El Ciclón compensó sus graves carencias con entrega y empató 2-2 ante el Tomba en el Nuevo Gasómetro. Tula (PT 18m) abrió la cuenta para el equipo de Ramón Díaz, pero Ramírez (PT 41m y ST 37s) dio vuelta el marcador de manera merecida. Sin embargo, Rivero (ST 32m) puso el empate definitivo tras un error del arquero Ibáñez.
San Lorenzo desnudó todas sus limitaciones y debió sufrir demasiado para llevarse un punto ante Godoy Cruz en el Nuevo Gasómetro. El conjunto dirigido por Ramón Díaz exhibió carencias múltiples pero apeló a su corazón para empatar 2-2 con el Tomba, en un duelo correspondiente a la segunda fecha del Torneo Apertura 2010. Pese a la distancia entre el nivel de uno y otro, ambos protagonistas suman dos empates en igual cantidad de presentaciones.
El Tomba arribó al Nuevo Gasómetro envuelto en confianza y con el antecedente de haber ganado en sus últimas dos visitas al Bajo Flores. El dinámico equipo que diagramó Omar Asad le plantó dura lucha al local en el arranque y demostró que tenía más aceitado el 3-4-1-2. San Lorenzo no la pasó nada bien y a los 16 tuvo su primer tirón de orejas: David Ramírez le ganó la espalda al doble cinco y tocó para Rodrigo Salinas, que sacó un peligroso remate cruzado.
Pero el rumbo del Ciclón cambió a los 18, cuando Cristian Tula abrió el marcador con un cabezazo furibundo que dejó sin respuesta a Nelson Ibáñez. El gol tuvo un efecto directo en cada protagonista. Por un lado, San Lorenzo se ordenó mejor, controló las bandas con José San Román y Diego Placente, y halló vuelo de la mano del pequeño Sebastián González. En cambio, Godoy Cruz mutó en un manojo de nervios, se llenó de imprecisiones y caminó por la cornisa.
El gran pecado del elenco de Ramón Díaz fue no haber podido dar el golpe de nocaut. Tuvo la chance el juvenil González en dos oportunidades, pero le faltó la efectividad de un goleador. Y a los 41 resucitó el visitante mediante una combinación genial de su tridente ofensivo. Salinas arrastró marcas y cedió la pelota para César Carranza, que abrió para la izquierda hacia el Mago Ramírez y éste definió con la zurda ante la salida de Damián Albil.
Luego del mazazo sufrido en el final del primer periodo, San Lorenzo recibió otra trompada a los 35 segundos del complemento. Carranza la robó en el mediocampo y volvió a encontrar a Ramírez por izquierda. El ex Ferro y Olimpo, la gran figura del partido, volvió a cruzársela al arquero y puso el 2-1. El visitante justificó su ventaja con un gran trabajo de Nicolás Olmedo en el mediocampo y San Lorenzo quedó al borde de la cornisa.
La línea defensiva del Ciclón tambaleó ante cada incursión ofensiva del tándem Carranza-Ramírez y la gente empezaba a alarmarse en las tribunas. En la desesperación reinante, Ramón confió en Diego Rivero y en el uruguayo Sebastián Balsas para hacer reaccionar a su equipo. Pero lo único que generó fue un concierto de centros sin destino. El camino hacia la derrota era ineludible, aunque el curso del encuentro volvió a cambiar a los 32. Rivero amagó con mandar un centro pero probó al arco y confundió a Ibáñez, que no pudo controlar la pelota. Pura euforia y desahogo azulgrana.
El aliento del público del Ciclón empujó a su equipo hacia la épica victoria. Pero no hubo resto para consumar dicha hazaña. Quedó claro que a este San Lorenzo le sobran las carencias y aún no puede sacarle jugo al nuevo esquema. Por su parte, Godoy Cruz dejó el Bajo Flores con un gusto amargo porque estuvo a punto de saborear su tercer triunfo consecutivo en el Pedro Bidegain.
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