Cada quien sabrá !!!
Disfrutando de lo q realmente vale la pena : mis vicios
Hoy más q nunca
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De esto no tengo dudas
Cuando la vida te niega una cosa ... es porque te tiene preparado algo mejor . Lo cual no tengo dudas .
miércoles, 9 de diciembre de 2009
HURACAN 0 - BOCA 0
Puntazo
Cansado de cachetazos, Huracán festejó el empate, que le da aire en la transición post tiki tiki. Para Boca, fue una nueva cuchillada...
Hay resultados que son sacatécnicos. En general son goleadas en contra en un momento crítico, de tensión extrema. Aunque hay veces en que no es necesaria una goleada. Ni siquiera una derrota. El 0-0 de Boca contra Huracán es eso. Un cero redondo, enorme, negativo, un círculo lleno de incertidumbres, una circunferencia vacía de alma.
El cero positivo también existe. Es redondo como el negocio de Huracán, un equipo en transición de estilos que venía de cuatro cachetazos, esperaba un quinto y se encuentra con el bálsamo de un empate, una caricia para el ciclo que se inicia, una brisa de confianza. Si hubo coro de puteadas para la comisión-la comisión al final fue simplemente porque los hinchas no pueden evitar la comparación entre el cierre del semestre anterior, cuando se probaban la corona, y esta pelea mano a mano con Tigre para ver cuál de los dos es el peor equipo del campeonato. Y la verdad es que la gente puede estar caliente porque se acabó la ilusión fugaz del tiki tiki, porque ya no están las grandes figuras salvo Bolatti (se ata los cordones y lo aplauden) y porque no hay un proyecto que ambicione más allá de la salvación. Pero este equipo, que apenas hizo 11 goles en 18 partidos, creó más situaciones que Boca, puso dos veces a un tipo mano a mano con el Pato. Este equipo que tiene 29 goles en contra (más de uno por partido), logró mantener su valla inalterada casi sin sobresaltos.
Y enfrente estaba Boca, que al principio del torneo era el Dream Team y ahora es una pesadilla recurrente, de ésas en las que uno se despierta, toma un vaso de agua, se duerme y siguen machacando las mismas imágenes terroríficas en cámara lenta. Escena uno: Ibarra, que antes metía cambios de frente de 50 metros de zurda, ahora, de derecha, los tira 15 metros atrás del receptor. Escena dos: Morel, supuestamente en el puesto que más rinde, como central, no se despega del piso, pierde mano a mano con un jugador que vuelve después de 15 fechas por una afección cardíaca, parece un muchacho reclutado a último momento porque faltaba uno: vení, ponete acá, jugá. Escena tres: Krupoviesa apunta y acierta todos los centros... al cuerpo de un rival al que no le puede sacar un centímetro de ventaja. Escena cuatro: el Pocho Insúa, pedido como el refuerzo clave, no puede arrastrar su osamenta; no organiza, no mete un pase de gol, queda siempre al revés, no ayuda a Krupoviesa en defensa ni desborda en ataque. Escena cinco: Gaitán, al límite del desgarro, se saca dos tipos de encima y busca a Palermo; a Palermo le falla el burro de arranque, queda clavado y es el mismo Gaitán el que tiene que ir a buscar la pelota como si se hubiera hecho un autopase. Escena única, de 90 minutos en continuado: Boca no juega a nada, no tiene plan, se la pasa tirándole pelotazos frontales a Palermo para que pivotee o a Gaitán para que juegue una carrera de obstáculos en la que casi siempre se trastabilla con alguna patada que lo malogra.
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