San Lorenzo reaccionó a tiempo y derrotó al aguerrido All Boys
El Ciclón superó por 3-1 al elenco de Floresta en el Nuevo Gasómetro y consiguió su segunda victoria consecutiva. Menseguez (ST 9m), Pereyra (ST 22m) y Tula (ST 36m) anotaron para el equipo de Ramón, que mejoró en el complemento. El visitante descontó con un penal de Matos (ST 23m) y sufrió las expulsiones de Sánchez y Soto.
San Lorenzo se impuso por 3-1 sobre All Boys en el Nuevo Gasómetro y cosechó su segunda victoria consecutiva en el Torneo Apertura, donde aún está invicto y suma ocho puntos. Luego de un arranque opaco, el Ciclón cambió el chip tras el entretiempo y construyó un triunfo basado en la entrega y en la contundencia. En tanto, su rival dio batalla y dejó una imagen digna, pero pagó muy caro las dos expulsiones sufridas.
Ramón ni siquiera se había terminado de acomodar en el banco cuando llegó el primer sobresalto de la noche. Diego Placente debió ser atendido poco después del pitazo inicial por un fuerte dolor en la rodilla izquierda que no le permitió seguir. En su lugar, entró Leandro Romagnoli y el dibujo 3-5-2 trabajado en la semana se fue a la basura. Sin embargo, ese cambio de planes a priori resultaba positivo, ya que era necesario un enlace para poder achicar el abismo entre los volantes y los delanteros.
La apuesta principal de San Lorenzo consistió en enviar centros al área para aprovechar la altura de Sebastián Balsas. Los carrileros Diego Rivero y Aureliano Torres intentaron dominar las bandas para cumplir con ese pedido, pero los envíos cruzados jamás encontraron la cabeza del charrúa. Por su parte, All Boys aplicó la misma receta que tumbó a Boca: marca ordenada y un contragolpe peligroso. Con esas simples herramientas, el visitante produjo lo mejor en el cierre del periodo inicial. Sebastián Ereros estrelló un tiro libre en el travesaño y Emanuel Perea exigió a Pablo Migliore con un cabezazo.
En el complemento, el Ciclón se apoyó en su amor propio y comenzó a crecer. Rivero y Juan Manuel Torres empujaron al equipo desde el mediocampo y Juan Carlos Menseguez empezó a gravitar con su velocidad. Y a los nueve llegó el premio para ese esfuerzo: el Chaco le dio un preciso pase al Rayo, que llegó solo por izquierda y definió con clase ante la salida de Nicolás Cambiasso. Cinco minutos después, Fernando Sánchez vio la roja por cortar un avance peligroso.
Con voluntad y mucho oportunismo, San Lorenzo volvió a sacar ventajas a los 22 con un soberbio cabezazo del cordobés Guillermo Pereyra, tras un centro de Romagnoli. El festejo del segundo tanto duró poco, ya que al instante Fernando Meza bajó a Ereros en el área y Baliño cobró penal. Mauro Matos fue el encargado de descontar y de avisar que el Albo no estaba dispuesto a rendirse. Aunque la ilusión visitante murió a los 35, tras la expulsión de Carlos Soto. El elenco de Boedo festejó el tercero un minuto después por intermedio de un cabezazo de Tula, luego de otro envío del Pipi. Lo curioso fue que el juez, que tuvo una noche agitada, ignoró un exceso verbal del Chaco Torres y le perdonó la vida.
Es cierto que aún no termina de convencer por su juego, pero San Lorenzo dio otro paso hacia adelante y crece en silencio. Podrá faltarle el brillo de candidato, pero las carencias se compensan con las ganas y la efectividad. ¿Con eso alcanzará para pelear el título? Todavía es prematuro para responder con certeza esa pregunta. Pero lo cierto es que nadie le puede quitar la ilusión a su gente, tan realista como entusiasta.
El Ciclón superó por 3-1 al elenco de Floresta en el Nuevo Gasómetro y consiguió su segunda victoria consecutiva. Menseguez (ST 9m), Pereyra (ST 22m) y Tula (ST 36m) anotaron para el equipo de Ramón, que mejoró en el complemento. El visitante descontó con un penal de Matos (ST 23m) y sufrió las expulsiones de Sánchez y Soto.
San Lorenzo se impuso por 3-1 sobre All Boys en el Nuevo Gasómetro y cosechó su segunda victoria consecutiva en el Torneo Apertura, donde aún está invicto y suma ocho puntos. Luego de un arranque opaco, el Ciclón cambió el chip tras el entretiempo y construyó un triunfo basado en la entrega y en la contundencia. En tanto, su rival dio batalla y dejó una imagen digna, pero pagó muy caro las dos expulsiones sufridas.
Ramón ni siquiera se había terminado de acomodar en el banco cuando llegó el primer sobresalto de la noche. Diego Placente debió ser atendido poco después del pitazo inicial por un fuerte dolor en la rodilla izquierda que no le permitió seguir. En su lugar, entró Leandro Romagnoli y el dibujo 3-5-2 trabajado en la semana se fue a la basura. Sin embargo, ese cambio de planes a priori resultaba positivo, ya que era necesario un enlace para poder achicar el abismo entre los volantes y los delanteros.
La apuesta principal de San Lorenzo consistió en enviar centros al área para aprovechar la altura de Sebastián Balsas. Los carrileros Diego Rivero y Aureliano Torres intentaron dominar las bandas para cumplir con ese pedido, pero los envíos cruzados jamás encontraron la cabeza del charrúa. Por su parte, All Boys aplicó la misma receta que tumbó a Boca: marca ordenada y un contragolpe peligroso. Con esas simples herramientas, el visitante produjo lo mejor en el cierre del periodo inicial. Sebastián Ereros estrelló un tiro libre en el travesaño y Emanuel Perea exigió a Pablo Migliore con un cabezazo.
En el complemento, el Ciclón se apoyó en su amor propio y comenzó a crecer. Rivero y Juan Manuel Torres empujaron al equipo desde el mediocampo y Juan Carlos Menseguez empezó a gravitar con su velocidad. Y a los nueve llegó el premio para ese esfuerzo: el Chaco le dio un preciso pase al Rayo, que llegó solo por izquierda y definió con clase ante la salida de Nicolás Cambiasso. Cinco minutos después, Fernando Sánchez vio la roja por cortar un avance peligroso.
Con voluntad y mucho oportunismo, San Lorenzo volvió a sacar ventajas a los 22 con un soberbio cabezazo del cordobés Guillermo Pereyra, tras un centro de Romagnoli. El festejo del segundo tanto duró poco, ya que al instante Fernando Meza bajó a Ereros en el área y Baliño cobró penal. Mauro Matos fue el encargado de descontar y de avisar que el Albo no estaba dispuesto a rendirse. Aunque la ilusión visitante murió a los 35, tras la expulsión de Carlos Soto. El elenco de Boedo festejó el tercero un minuto después por intermedio de un cabezazo de Tula, luego de otro envío del Pipi. Lo curioso fue que el juez, que tuvo una noche agitada, ignoró un exceso verbal del Chaco Torres y le perdonó la vida.
Es cierto que aún no termina de convencer por su juego, pero San Lorenzo dio otro paso hacia adelante y crece en silencio. Podrá faltarle el brillo de candidato, pero las carencias se compensan con las ganas y la efectividad. ¿Con eso alcanzará para pelear el título? Todavía es prematuro para responder con certeza esa pregunta. Pero lo cierto es que nadie le puede quitar la ilusión a su gente, tan realista como entusiasta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario