Quilmes venció a All Boys a partir de un error de Cambiasso
El Albo ganaba 1-0 con un tanto de Matos y controlaba el partido sin problemas en el Centenario, pero su arquero perdió increíblemente una pelota ante J. J. Morales, quien definió solo con el arco, y Romeo, el héroe inesperado, decretó el primer triunfo del Cervecero ante su gente.
Tenía el partido casi ganado. Con el resultado a favor, All Boys se defendía ante un rival que manejaba la pelota sin profundidad y que estaba más cerca de recibir el segundo en una contra o en una bola aérea que de llegar al empate. Sin embargo, Cambiasso cometió un grosero error, la visita se desmoronó en el Centenario y Quilmes festejó por primera vez ante su gente.
Cuando el encuentro recién se estaba armando y ninguno de los dos se había acercado con peligro a los arcos, Vella mandó un largo lateral al área, Gerlo la dejó corta de cabeza, Matos la mató con el pecho y fusiló a Galíndez, quien nada pudo hacer. El visitante se puso rápidamente en ventaja y después se mostró peligroso en los metros decisivos.
El Cervecero trató de tocar por abajo y llegó con criterio hasta tres cuartos de cancha a partir del manejo de Raymonda, el buen toque corto de Kalinski y de algunas apariciones de Cerro por la izquierda. Sin embargo, el Albo se armó bien en la mitad, estuvo impasable en defensa, sobre todo por el trabajo de Domínguez, y el local se fue quedando.
Por su parte, el equipo de Pepe Romero trató de salir rápido por las bandas y cada vez que se lo propuso creó chances muy claras. A los 18, el inquieto Pérez García la tiró al punto del penal para la llegada en carrera de Matos, quien le dio mal de zurda y dilapidó una oportunidad inmejorable. Y a los 33, Rodríguez se la volvió a tirar al ex Arsenal y Fontanini cortó justo ante su disparo.
Quilmes volvió a tener la pelota en el complemento, pero All Boys fue nuevamente el más picante en los minutos iniciales, sobre todo con la pelota aérea. A los 9, Matos bajó una bola luego de un córner y Ferrari estrelló una chilena en el travesaño. El ex atacante de Arsenal inquietó otra vez a los 19 con una media vuelta y a los 20 con un cabezazo que se perdió muy cerca.
La visita estaba para el segundo frente a un rival golpeado, herido, sin ideas e impotente frente a una defensa firme. Pero a los 29 cambió todo: Barrientos tiró un pelotazo largo para rearmar la jugada con Cambiasso, este la bajó con el pecho, no se decidió a sacarla de primera y J. J. Morales se la robó para irse de cara al arco y poner el 1-1 impensado.
Con este cachetazo, All Boys se adelantó nuevamente y creó dos oportunidades. A los 32, Galíndez le sacó un tremendo remate a Vella y uno más tarde, Domínguez ganó en las alturas y su cabezazo, que tenía destino de red, rebotó en la humanidad de un defensor. Quilmes levantó el ánimo, empezó a meter en cada sector y se llevó tres puntos fundamentales.
A los 34, Bernardo Romeo, quien no pudo jugar demasiado en el Apertura debido a una lesión y había ingresado a los 21, se elevó totalmente solo tras un excelente centro de Kalinski y decretó el 2-1 para desatar el grito descontrolado de Madelón. El Cervecero está más vivo que nunca: cosechó siete de los últimos nueve y sueña con la salvación.
El Albo ganaba 1-0 con un tanto de Matos y controlaba el partido sin problemas en el Centenario, pero su arquero perdió increíblemente una pelota ante J. J. Morales, quien definió solo con el arco, y Romeo, el héroe inesperado, decretó el primer triunfo del Cervecero ante su gente.
Tenía el partido casi ganado. Con el resultado a favor, All Boys se defendía ante un rival que manejaba la pelota sin profundidad y que estaba más cerca de recibir el segundo en una contra o en una bola aérea que de llegar al empate. Sin embargo, Cambiasso cometió un grosero error, la visita se desmoronó en el Centenario y Quilmes festejó por primera vez ante su gente.
Cuando el encuentro recién se estaba armando y ninguno de los dos se había acercado con peligro a los arcos, Vella mandó un largo lateral al área, Gerlo la dejó corta de cabeza, Matos la mató con el pecho y fusiló a Galíndez, quien nada pudo hacer. El visitante se puso rápidamente en ventaja y después se mostró peligroso en los metros decisivos.
El Cervecero trató de tocar por abajo y llegó con criterio hasta tres cuartos de cancha a partir del manejo de Raymonda, el buen toque corto de Kalinski y de algunas apariciones de Cerro por la izquierda. Sin embargo, el Albo se armó bien en la mitad, estuvo impasable en defensa, sobre todo por el trabajo de Domínguez, y el local se fue quedando.
Por su parte, el equipo de Pepe Romero trató de salir rápido por las bandas y cada vez que se lo propuso creó chances muy claras. A los 18, el inquieto Pérez García la tiró al punto del penal para la llegada en carrera de Matos, quien le dio mal de zurda y dilapidó una oportunidad inmejorable. Y a los 33, Rodríguez se la volvió a tirar al ex Arsenal y Fontanini cortó justo ante su disparo.
Quilmes volvió a tener la pelota en el complemento, pero All Boys fue nuevamente el más picante en los minutos iniciales, sobre todo con la pelota aérea. A los 9, Matos bajó una bola luego de un córner y Ferrari estrelló una chilena en el travesaño. El ex atacante de Arsenal inquietó otra vez a los 19 con una media vuelta y a los 20 con un cabezazo que se perdió muy cerca.
La visita estaba para el segundo frente a un rival golpeado, herido, sin ideas e impotente frente a una defensa firme. Pero a los 29 cambió todo: Barrientos tiró un pelotazo largo para rearmar la jugada con Cambiasso, este la bajó con el pecho, no se decidió a sacarla de primera y J. J. Morales se la robó para irse de cara al arco y poner el 1-1 impensado.
Con este cachetazo, All Boys se adelantó nuevamente y creó dos oportunidades. A los 32, Galíndez le sacó un tremendo remate a Vella y uno más tarde, Domínguez ganó en las alturas y su cabezazo, que tenía destino de red, rebotó en la humanidad de un defensor. Quilmes levantó el ánimo, empezó a meter en cada sector y se llevó tres puntos fundamentales.
A los 34, Bernardo Romeo, quien no pudo jugar demasiado en el Apertura debido a una lesión y había ingresado a los 21, se elevó totalmente solo tras un excelente centro de Kalinski y decretó el 2-1 para desatar el grito descontrolado de Madelón. El Cervecero está más vivo que nunca: cosechó siete de los últimos nueve y sueña con la salvación.
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