Independiente golpeó en el final y dejó sin nada a Lanús
Con un gol de Ignacio Piatti (ST 42m), el Rojo se impuso sobre el Granate en Avellaneda y cerró el certamen en el cuarto lugar. Por su parte, el equipo de Luis Zubeldía resignó un invicto de nueve partidos y se quedó afuera de la Copa Sudamericana. Salcedo falló un penal para el visitante.
Independiente aplacó un poco el dolor por las promesas incumplidas y terminó el Clausura con un triunfo agónico por 1-0 sobre Lanús, en el estadio Libertadores de América. En el marco de un duelo equilibrado, el Rojo volvió a sostenerse gracias a Adrián Gabbarini y se llevó los tres puntos con el zurdazo de Ignacio Piatti. Como un premio consuelo, los de Avellaneda se aseguraron el cuarto puesto, mientras que el Granate se despidió de la chance de clasificar a la Copa Sudamericana. La desilusión por haberse despedido del título prematuramente era de Independiente, mientras que la urgencia por llegar a la Sudamericana le pertenecía a Lanús. Ante ese panorama, no sorprendió que los dirigidos por Luis Zubeldía asumieran un rol más incisivo durante el primer tiempo. Los mayores réditos del visitante llegaron gracias al tándem que crearon Sebastián Blanco y Maximiliano Velázquez por la franja izquierda. En tanto, Leandro Gracián y Leonel Núñez, los dos creadores de Independiente, nunca pudieron darle vuelo a los ataques y Federico González quedó marginado del sistema ofensivo. La primera gran emoción de la noche llegó a los 12 minutos, cuando Velázquez desbordó y encontró con su centro a Blanco, que no pudo festejar de cabeza. A los 24, Núñez (el jugador más gravitante del Rojo con sus remates) intentó atajar un centro del juvenil Leandro Díaz en el área. El árbitro Federico Beligoy no dudó y le dio la chance a Lanús para abrir el marcador de penal. Sin embargo, el paraguayo Santiago Salcedo no pudo aprovecharla: apuntó al palo más lejano de Gabbarini pero la pelota salió muy cerca del palo. En la última jugada de ese periodo inicial, Blanco se la robó a Galeano y tocó para el artillero guaraní, que sacó un derechazo que el arquero envió al córner. Con un argumento bastante humilde, a Lanús le bastó para irse al descanso con una sensación más dulce que su rival, que volvió a acumular jugadores de buen pie sin una idea nítida de juego. Evidentemente, el Tolo movió la estantería anímica de sus jugadores en el vestuario y su equipo exhibió mayor movilidad en el amanecer del complemento. La línea defensiva del Rojo se adelantó varios metros para achicar espacios y apuntalar desde atrás. Ante esa presión, Lanús debió asumir un rol contragolpeador y Salcedo volvió a perderse el gol tras un nuevo envío de Blanco desde la izquierda. Paulatinamente, Lanús le encontró la vuelta al achique de la defensa del anfitrión, que marcó en línea y empezó a caminar por la cornisa. Blanco se recostó en las espaldas de Vallés y desde allí se tornó incontenible. Como lo hizo durante todo el torneo, Gabbarini debió bancar la parada con sus sagaces respuestas y sostuvo a sus compañeros en el peor momento. Luego de sufrir, al Rojo le llegó el momento de gozar: Piatti encontró la pelota luego de una jugada entre Patito Rodríguez y Mazzola y sacó un zurdazo inatajable para Marchesín. Pese a que todos los hinchas de Independiente soñaban con otro final, la agónica victoria disipó un poco esa desilusión que impide valorar el gran trabajo del plantel a lo largo de toda la temporada. "No te vayas, Tolo", rezaba una bandera blanca, tan sincera como rutilante.
Con un gol de Ignacio Piatti (ST 42m), el Rojo se impuso sobre el Granate en Avellaneda y cerró el certamen en el cuarto lugar. Por su parte, el equipo de Luis Zubeldía resignó un invicto de nueve partidos y se quedó afuera de la Copa Sudamericana. Salcedo falló un penal para el visitante.
Independiente aplacó un poco el dolor por las promesas incumplidas y terminó el Clausura con un triunfo agónico por 1-0 sobre Lanús, en el estadio Libertadores de América. En el marco de un duelo equilibrado, el Rojo volvió a sostenerse gracias a Adrián Gabbarini y se llevó los tres puntos con el zurdazo de Ignacio Piatti. Como un premio consuelo, los de Avellaneda se aseguraron el cuarto puesto, mientras que el Granate se despidió de la chance de clasificar a la Copa Sudamericana. La desilusión por haberse despedido del título prematuramente era de Independiente, mientras que la urgencia por llegar a la Sudamericana le pertenecía a Lanús. Ante ese panorama, no sorprendió que los dirigidos por Luis Zubeldía asumieran un rol más incisivo durante el primer tiempo. Los mayores réditos del visitante llegaron gracias al tándem que crearon Sebastián Blanco y Maximiliano Velázquez por la franja izquierda. En tanto, Leandro Gracián y Leonel Núñez, los dos creadores de Independiente, nunca pudieron darle vuelo a los ataques y Federico González quedó marginado del sistema ofensivo. La primera gran emoción de la noche llegó a los 12 minutos, cuando Velázquez desbordó y encontró con su centro a Blanco, que no pudo festejar de cabeza. A los 24, Núñez (el jugador más gravitante del Rojo con sus remates) intentó atajar un centro del juvenil Leandro Díaz en el área. El árbitro Federico Beligoy no dudó y le dio la chance a Lanús para abrir el marcador de penal. Sin embargo, el paraguayo Santiago Salcedo no pudo aprovecharla: apuntó al palo más lejano de Gabbarini pero la pelota salió muy cerca del palo. En la última jugada de ese periodo inicial, Blanco se la robó a Galeano y tocó para el artillero guaraní, que sacó un derechazo que el arquero envió al córner. Con un argumento bastante humilde, a Lanús le bastó para irse al descanso con una sensación más dulce que su rival, que volvió a acumular jugadores de buen pie sin una idea nítida de juego. Evidentemente, el Tolo movió la estantería anímica de sus jugadores en el vestuario y su equipo exhibió mayor movilidad en el amanecer del complemento. La línea defensiva del Rojo se adelantó varios metros para achicar espacios y apuntalar desde atrás. Ante esa presión, Lanús debió asumir un rol contragolpeador y Salcedo volvió a perderse el gol tras un nuevo envío de Blanco desde la izquierda. Paulatinamente, Lanús le encontró la vuelta al achique de la defensa del anfitrión, que marcó en línea y empezó a caminar por la cornisa. Blanco se recostó en las espaldas de Vallés y desde allí se tornó incontenible. Como lo hizo durante todo el torneo, Gabbarini debió bancar la parada con sus sagaces respuestas y sostuvo a sus compañeros en el peor momento. Luego de sufrir, al Rojo le llegó el momento de gozar: Piatti encontró la pelota luego de una jugada entre Patito Rodríguez y Mazzola y sacó un zurdazo inatajable para Marchesín. Pese a que todos los hinchas de Independiente soñaban con otro final, la agónica victoria disipó un poco esa desilusión que impide valorar el gran trabajo del plantel a lo largo de toda la temporada. "No te vayas, Tolo", rezaba una bandera blanca, tan sincera como rutilante.
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