Estudiantes se lo dio vuelta a Chacarita para seguir arriba
En un partido caliente que sufrió dos interrupciones por incidentes con los hinchas funebreros, el Pincha se impuso por 2-1 en La Paternal con goles de Mauro Boselli, de penal (PT 32m), y Christian Cellay (PT 35m). El local, ya descendido, empezó ganando con tanto de Omar Zarif (PT 19m) y sufrió la expulsión de Lisandro López.
Un partido chivo y caliente le tocó afrontar a Estudiantes en La Paternal para seguir en la punta al vencer por 2-1 al descendido Chacarita. Porque empezó muy lejos de su mejor versión, logró el empate con un penal discutido y encontró el camino en superioridad numérica. En el medio, los hinchas funebreros mostraron su bronca, lograron que se parara el partido dos veces y en el campo de juego el Pincha pasó un segundo tiempo tranquilo. El inicio fue favorable a los de Luis Marabotto gracias a las actuaciones de Emanuel Centurión y un mediocampo adelantado que causó problemas en el fondo del León. Para colmo, Juan Sebastián Verón no lograba relucir y apenas aparecía junto a José Sosa y Gastón Fernández. Federico Chiocarello avisó con un disparo desviado y enseguida, a los 19 minutos, Omar Zarif apareció solo por derecha tras un rechazo y, desde muy lejos, clavó un zapatazo a la derecha de Agustín Orión. Para entonces, el local era netamente superior, se cerraba bien atrás impidiendo que los platenses llegaran con claridad y casi aumentan con un tiro alto de Facundo Parra. Pero a los 29 una jugada cambió el rumbo del encuentro. Diego Abal cobró una dudosa mano de Lisandro López en el área, lo expulsó y dejó a Mauro Boselli frente a frente con Nicolás Tauber en un penal que convirtió a los 32 con un disparo a la izquierda del arquero. Y enseguida, a los 35, Christian Cellay se elevó solo en el corazón del área tras un córner desde la derecha y cabeceó alto para el segundo. Estas acciones calentaron el ambiente al máximo. Los hinchas locales desataron su furia contra el juez de línea por convalidar el penal y debieron detener el pleito, para que en la reanudación la Gata se perdiera el tercero con un remate desviado cerca del descanso. El complemento empezó con un conjunto de Alejandro Sabella manejando las riendas con inteligencia, pero un nuevo cuadro de violencia, con ribetes tragicómicos, obligó a una suspensión que duró sus largos 20 minutos. La hinchada local intentó arrebatarle la manguera a los bomberos y, tras un tire y afloje digno de los viejos Tres Chiflados, se hizo de ella y la ultilizó para empapar a los uniformados a su antojo. Finalmente, la devolvieron, y se pudo seguir jugando. Para entonces, el Pincha ya tenía todo cocinado. Podría haber aumentado con un tiro libre de la Brujita que atajó Tauber, uno de la Gata desde lejos que se fue alto y otro de Sosa que tapó el arquero. Ya estaba todo dicho. A falta de dos fechas, Estudiantes sigue en lo más alto del Torneo Clausura. Su solidez y su cuota de suerte lo ponen cada vez más cerca de la gloria.
En un partido caliente que sufrió dos interrupciones por incidentes con los hinchas funebreros, el Pincha se impuso por 2-1 en La Paternal con goles de Mauro Boselli, de penal (PT 32m), y Christian Cellay (PT 35m). El local, ya descendido, empezó ganando con tanto de Omar Zarif (PT 19m) y sufrió la expulsión de Lisandro López.
Un partido chivo y caliente le tocó afrontar a Estudiantes en La Paternal para seguir en la punta al vencer por 2-1 al descendido Chacarita. Porque empezó muy lejos de su mejor versión, logró el empate con un penal discutido y encontró el camino en superioridad numérica. En el medio, los hinchas funebreros mostraron su bronca, lograron que se parara el partido dos veces y en el campo de juego el Pincha pasó un segundo tiempo tranquilo. El inicio fue favorable a los de Luis Marabotto gracias a las actuaciones de Emanuel Centurión y un mediocampo adelantado que causó problemas en el fondo del León. Para colmo, Juan Sebastián Verón no lograba relucir y apenas aparecía junto a José Sosa y Gastón Fernández. Federico Chiocarello avisó con un disparo desviado y enseguida, a los 19 minutos, Omar Zarif apareció solo por derecha tras un rechazo y, desde muy lejos, clavó un zapatazo a la derecha de Agustín Orión. Para entonces, el local era netamente superior, se cerraba bien atrás impidiendo que los platenses llegaran con claridad y casi aumentan con un tiro alto de Facundo Parra. Pero a los 29 una jugada cambió el rumbo del encuentro. Diego Abal cobró una dudosa mano de Lisandro López en el área, lo expulsó y dejó a Mauro Boselli frente a frente con Nicolás Tauber en un penal que convirtió a los 32 con un disparo a la izquierda del arquero. Y enseguida, a los 35, Christian Cellay se elevó solo en el corazón del área tras un córner desde la derecha y cabeceó alto para el segundo. Estas acciones calentaron el ambiente al máximo. Los hinchas locales desataron su furia contra el juez de línea por convalidar el penal y debieron detener el pleito, para que en la reanudación la Gata se perdiera el tercero con un remate desviado cerca del descanso. El complemento empezó con un conjunto de Alejandro Sabella manejando las riendas con inteligencia, pero un nuevo cuadro de violencia, con ribetes tragicómicos, obligó a una suspensión que duró sus largos 20 minutos. La hinchada local intentó arrebatarle la manguera a los bomberos y, tras un tire y afloje digno de los viejos Tres Chiflados, se hizo de ella y la ultilizó para empapar a los uniformados a su antojo. Finalmente, la devolvieron, y se pudo seguir jugando. Para entonces, el Pincha ya tenía todo cocinado. Podría haber aumentado con un tiro libre de la Brujita que atajó Tauber, uno de la Gata desde lejos que se fue alto y otro de Sosa que tapó el arquero. Ya estaba todo dicho. A falta de dos fechas, Estudiantes sigue en lo más alto del Torneo Clausura. Su solidez y su cuota de suerte lo ponen cada vez más cerca de la gloria.
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