Huracán y Colón quedaron a mano en el Ducó
El Globo y el Sabalero no aprovecharon sus oportunidades y terminaron 0-0 en el arranque de la 12° fecha. Los dirigidos por Rivoira no pudieron lograr su tercera victoria consecutiva, mientras que los de Mohamed llegaron a siete partidos sin ganar. Los arqueros Monzón y Pozo fueron las figuras del reñido duelo.
Huracán y Colón no pudieron sacarse ventajas en el arranque de la duodécima fecha del Clausura y empataron 0-0 en Parque Patricios. Si bien ambos contaron con chances para llevarse los tres puntos, ninguno halló contundencia para arruinar el buen trabajo de los arqueros Gastón Monzón y Diego Pozo. El Globo no pudo hilvanar su tercera victoria al hilo, mientras que el Sabalero llegó a siete partidos sin triunfos. Si hubieran hecho un censo esta noche en el Palacio Ducó, los índices habrían arrojado una altísima densidad de población en el mediocampo. Ambos entrenadores apostaron por una línea de tres para marcar e insertaron cinco volantes para tratar de ganar la batalla del medio. Con ese panorama, no sorprendió para nada que durante los primeros minutos prevaleciera esa clásica imprecisión forzada por la presión de la marca. A pesar de esa confusión, se pudo divisar un boceto del planteo del partido: un Huracán que tuvo más la pelota pero sin ideas, y un Colón filoso para contragolpear. Pese a que cedió la iniciativa, el Sabalero mostró un juego más armonioso durante el periodo inicial. En primer lugar, los dirigidos por Antonio Mohamed fueron más sólidos a nivel defensivo gracias al buen trabajo del trío Candia-Garcé-Torres. Y a la hora de buscar el arco rival, a los santafesinos les bastó con poco para generar cuatro jugadas claras. La primera fue a los 11, cuando Fuertes se escapó por derecha y sacó un remate muy alto en el momento de definir. Después llegó el show del arquero Monzón, que le ahogó el grito en dos ocasiones al español Moreno y Fabianesi luego de la media hora de juego. Y a los 40, nuevamente Fuertes derrochó una gran oportunidad al dejarse anticipar por un achique de Monzón. La defensa del Globo pecó por marcar en línea y, gracias a su arquero, el local no se fue al vestuario en desventaja. En el arranque del complemento, Huracán amaneció con mayor agresividad y aprovechó bien la espalda de los carrileros rivales. Mediante esa simple receta, el anfitrión coqueteó con la apertura del marcador y obligó al arquero Pozo a lucirse en tres ocasiones ante sendos disparos de Machín, Franzoia y Toranzo. Por su parte, el Sabalero no se acurrucó y amplió su menú ofensivo con los ingresos de los desequilibrantes Bertoglio y Lucero, que se acoplaron a Fuertes. Las emociones se redujeron notablemente tras los primeros quince minutos porque a ambos les faltó precisión para respaldar a las ganas de festejar. Recién a los 36 se registró una nueva situación vibrante, cuando Lucero tocó atrás para Rivarola y éste sacó un fuerte remate que Monzón envió al córner. Una vez más, una notable actuación de los arqueros disipó la ilusión de gritar goles. Precisamente, a esa conclusión llegaron casi todos en la cálida noche de Parque Patricios. ¿A alguien le sirvió el empate? Sí, a la veterana estadística, que será la única que recuerde este partido que se murió con promesas sin cumplir.
El Globo y el Sabalero no aprovecharon sus oportunidades y terminaron 0-0 en el arranque de la 12° fecha. Los dirigidos por Rivoira no pudieron lograr su tercera victoria consecutiva, mientras que los de Mohamed llegaron a siete partidos sin ganar. Los arqueros Monzón y Pozo fueron las figuras del reñido duelo.
Huracán y Colón no pudieron sacarse ventajas en el arranque de la duodécima fecha del Clausura y empataron 0-0 en Parque Patricios. Si bien ambos contaron con chances para llevarse los tres puntos, ninguno halló contundencia para arruinar el buen trabajo de los arqueros Gastón Monzón y Diego Pozo. El Globo no pudo hilvanar su tercera victoria al hilo, mientras que el Sabalero llegó a siete partidos sin triunfos. Si hubieran hecho un censo esta noche en el Palacio Ducó, los índices habrían arrojado una altísima densidad de población en el mediocampo. Ambos entrenadores apostaron por una línea de tres para marcar e insertaron cinco volantes para tratar de ganar la batalla del medio. Con ese panorama, no sorprendió para nada que durante los primeros minutos prevaleciera esa clásica imprecisión forzada por la presión de la marca. A pesar de esa confusión, se pudo divisar un boceto del planteo del partido: un Huracán que tuvo más la pelota pero sin ideas, y un Colón filoso para contragolpear. Pese a que cedió la iniciativa, el Sabalero mostró un juego más armonioso durante el periodo inicial. En primer lugar, los dirigidos por Antonio Mohamed fueron más sólidos a nivel defensivo gracias al buen trabajo del trío Candia-Garcé-Torres. Y a la hora de buscar el arco rival, a los santafesinos les bastó con poco para generar cuatro jugadas claras. La primera fue a los 11, cuando Fuertes se escapó por derecha y sacó un remate muy alto en el momento de definir. Después llegó el show del arquero Monzón, que le ahogó el grito en dos ocasiones al español Moreno y Fabianesi luego de la media hora de juego. Y a los 40, nuevamente Fuertes derrochó una gran oportunidad al dejarse anticipar por un achique de Monzón. La defensa del Globo pecó por marcar en línea y, gracias a su arquero, el local no se fue al vestuario en desventaja. En el arranque del complemento, Huracán amaneció con mayor agresividad y aprovechó bien la espalda de los carrileros rivales. Mediante esa simple receta, el anfitrión coqueteó con la apertura del marcador y obligó al arquero Pozo a lucirse en tres ocasiones ante sendos disparos de Machín, Franzoia y Toranzo. Por su parte, el Sabalero no se acurrucó y amplió su menú ofensivo con los ingresos de los desequilibrantes Bertoglio y Lucero, que se acoplaron a Fuertes. Las emociones se redujeron notablemente tras los primeros quince minutos porque a ambos les faltó precisión para respaldar a las ganas de festejar. Recién a los 36 se registró una nueva situación vibrante, cuando Lucero tocó atrás para Rivarola y éste sacó un fuerte remate que Monzón envió al córner. Una vez más, una notable actuación de los arqueros disipó la ilusión de gritar goles. Precisamente, a esa conclusión llegaron casi todos en la cálida noche de Parque Patricios. ¿A alguien le sirvió el empate? Sí, a la veterana estadística, que será la única que recuerde este partido que se murió con promesas sin cumplir.
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